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El pie plano se considera como una disminución o pérdida del arco interno del pie, lo que habitualmente provoca que toda la planta toque el piso al estar de pie. En niños pequeños, que aún no caminan, se trata de una condición normal por la laxitud de sus ligamentos, pero a medida que crecen, debería comenzar a generarse la curvatura normal de esta zona. El doctor Juan Carlos Ocampo, traumatólogo infantil de Clínica Bupa Santiago, nos explica en esta nota cómo revisarlo y qué hacer si genera molestias.

«Para poder comprender esta patología mejor, hay que saber que el pie en todos los seres humanos, está compuesto biomecánicamente por 3 arcos que se forman por la unión de dos puntos de referencia (figura 1 y 2 ), generando un arco anterior entre los puntos A y B, el arco externo entre B y C, y un arco interno entre A y C, que es el que se debe observar y evaluar», detalla el especialista.

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Cómo revisar al niño

Según explica el traumatólogo, se debe observar el comportamiento de arco longitudinal interno (A-C) por la parte de adentro del pie, en dos posiciones:

1. Con el pie en apoyo estando el niño o niña parado, sin caminar (figura 3) y
2. Con el pie sin apoyo (figura 4).

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  «Si el arco desaparece en una o en las dos posiciones, el niño o niña tiene pie plano y debe acudir al especialista para realizar una valoración más detallada, que ayude a diagnosticar los pies planos flexibles o laxos, de los rígidos. Sin embargo, es importante señalar que tener un pie plano es normal y que es una variante anatómica como tener los ojos grandes o las orejas de mayor tamaño. Lo anormal es tener dolor, y ante esta situación debe ser tratado por un ortopedista y traumatólogo infantil», agrega.

Ojo con los zapatos

El doctor Ocampo sostiene que siempre cada paciente debe ser analizado de forma individual, evaluando los síntomas en relación a la edad. «Sin embargo, vale la pena resaltar que en los niños pequeños los zapatos o plantillas no hacen magia, no existe un zapato capaz de formar el arco del pie. Usar calzado rígido puede producir molestias en los pies y no es necesario para la formación del pie», añade.

Lo recomendado, en este sentido, es utilizar calzado FALA (Flexible, Amplio, Liviano y Antideslizante). En caso de que el calzado no sea FALA, se puede adaptar con el uso de plantillas para hacer más cómoda la estadía del pie dentro del calzado, pero se aconseja siempre comprar calzado por su forma interior y no externa. «Los más bonitos pueden no ser los más cómodos, y las plantillas podrían no ser necesarias», cuenta.

Fuente: Muy saludable

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Según los últimos datos aportados por ONUSIDA, se estima que en Chile existen 77.000 personas viviendo con VIH, el virus que daña el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Asimismo, y de acuerdo a datos del Instituto de Salud Pública, en 2020 se registraron un total de 4.446 casos nuevos en el país y entre enero y junio de 2021, unos 2.390. «Si bien es probable que en el contexto de pandemia se hayan pesquisado menos casos, es una enfermedad que se ha mantenido en alza en Chile y el mundo, donde nuestro país ha sido uno de los que mayor incremento ha presentado en los últimos años. Los nuevos casos son principalmente en población joven entre los 20-39 años, de predominio masculino», explica Beatriz Cerda, inmunóloga de Clínica Bupa Santiago.

Por mucho tiempo, el VIH ha sido una enfermedad rodeada de prejuicios y con un fuerte estigma social, fundado en gran parte en el desconocimiento de sus causas y desarrollo. Frente a esto, la doctora Cerda nos aclara los principales mitos asociados a esta patología y cómo prevenir su contagio:

Principales mitos

1. «El VIH puede transmitirse a través de un beso, compartir cubiertos o en el baño»: Falso. Las únicas formas de contagio a través de fluidos son la sangre, semen, fluidos genitales o rectales y leche materna.

2. «El VIH es lo mismo que SIDA»: Esto es falso, pues el Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la etapa avanzada de la infección por VIH. Ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo está muy dañado por el virus, donde existe un gran deterioro del sistema inmune que predispone a múltiples infecciones y otras patologías. No todas las personas con VIH desarrollan Sida. Con tratamiento adecuado y pesquisa a tiempo, la gran mayoría de los pacientes presentan un buen control y nunca alcanzan tal etapa.

3. «Si estoy en una relación estable no tengo riesgo de contagiarme»: Falso. Todos tenemos riesgo de contagio.

4. «Todas las personas con VIH transmiten el virus»: No. Si se sigue un tratamiento adecuado, la carga viral del virus circulante se vuelve indetectable, lo que es equivalente a intransmisible.

5. «Las personas que viven con VIH van a transmitir la enfermedad a sus hijos»: Una mujer a quien se diagnostica durante el embarazo y recibe tratamiento a tiempo, puede tener un hijo totalmente sano. Asimismo, una pareja donde ambos son seropositivos y con carga viral indetectable tendrá un hijo VIH negativo.

6. «Solo afecta a la población homosexual»: No. Cualquier persona que mantenga relaciones sexuales sin protección puede contagiarse.

7. «Es una enfermedad que tiene cura»: No. Hasta el momento no existe una cura, sin embargo, los medicamentos actuales permiten que sea una patología controlada y crónica.

Factores de riesgo

Es importante tener en consideración los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de contagio. «Además de tener relaciones sexuales sin preservativo, contar con otra infección de transmisión sexual es un considerable factor de riesgo, como también realizar procedimientos que impliquen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado, compartir el uso de jeringas o consumir alcohol y drogas, ya que la alteración de la capacidad de razonamiento aumenta las conductas riesgosas», detalla la especialista. Respecto a cómo prevenir el contagio del virus, el uso del preservativo sigue siendo lo más efectivo.

Un avance considerable

Si comparamos el escenario del VIH en Chile hoy respecto al que existía hace 10 o 20 años atrás, se observa un notable cambio en cuanto al acceso a un diagnóstico oportuno y la mejora de los tratamientos disponibles. «Hoy en día, los pacientes usan una sola pastilla, que contiene todos los componentes de su terapia y presentan menos efectos adversos. Hace dos décadas, teníamos pacientes usando muchos comprimidos y con terapias que generaban muchos efectos secundarios, que ya no observamos. Vemos que la expectativa de vida se ha alargado significativamente y, por lo mismo, cada vez nos encontramos con más pacientes para quienes su problema actual ya no es el virus, sino la hipertensión arterial, diabetes u otras alteraciones metabólicas.

Sin embargo, aún es necesario continuar con los avances, sobre todo en términos de educación y conocimiento del virus. «A pesar de las mejoras, aún estamos en deuda con el estigma social que, si bien ha disminuido, todavía se mantiene», agrega la doctora Beatriz Cerda.

Fuente: Muy Saludable

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Sabemos que los primeros minutos de una mamá con su bebé son muy importantes para generar apego y ese vínculo tan especial entre ambos, que se logra -entre varios factores- poniendo de inmediato al recién nacido piel con piel en el pecho materno. Por eso, el equipo de ginecología y obstetricia de Clínica Bupa Santiago está planteando los nacimientos teniendo este foco como una de las prioridades.

«Queremos que los niños que nazcan acá lo hagan de forma humanizada, teniendo a sus madres y acompañantes como protagonistas del proceso, considerando los requerimientos, aprehensiones y temores de cada mujer y su familia. Buscamos aplicar este modelo tanto en partos vaginales como en cesáreas», explica el doctor Eduardo Faúndez, médico jefe de Ginecología y Obstetricia de Clínica Bupa Santiago.

Respecto de estas últimas, si bien son procedimientos quirúrgicos y operaciones como tal en las que se realiza una incisión en el vientre para sacar al bebé, es posible realizarlas de manera más cálida y cercana, asemejándose lo más posible a un parto normal.

«Lo primero es que sean cesáreas necesarias, es decir, que se justifiquen. En esos casos y siempre que la salud tanto del bebé como de la madre lo permitan, planteamos un ambiente en que la paciente esté conectada, mirando el nacimiento de su hijo, sin un biombo que la divida y margine de ese momento tan importante», detalla Ligia Castillo, matrona coordinadora de obstetricia de la clínica.

Apego por túnel

Una de las claves de las cesáreas respetadas, es que en un ambiente tranquilo, solo con la luz que requiere el médico para la intervención, se genere el apego por túnel, pero, ¿qué significa esto? «Una vez que el bebé sale del vientre materno por la cesárea, lo motivamos a que rapte por el cuerpo de la madre, bajo un túnel de paños, hasta llegar al pecho, donde lo dejamos sin cortar el cordón umbilical para que viva los primeros minutos de su vida pegado a su mamá y ojalá haga la primera lactancia», agrega la matrona.

«Luego de eso se realiza el pinzamiento umbilical tardío. Está comprobado que no es necesario separar de manera inmediata a las guaguas de sus madres para limpiarlas y realizarles los primeros exámenes. Se pueden esperar unos minutos y dejarlos juntos, lo que será fundamental para ellos», explican los especialistas sobre esta forma de nacimiento.

Fuente: Muy saludable

Lumbalgia, sus causas, síntomas y tratamiento

La Sociedad Española de Reumatología estima que el 80% de la población sufre o sufrirá lumbalgia. Esta situación lumbar puede variar de leve a muy grave, aunque a menudo puede ser sólo una molestia insignificante.

Cuales son sus razones? ¿Y sus efectos? ¿Se puede prevenir o no? Hoy examinamos este dolor estresante que afecta nuestra espalda baja; y de la que ahora ni siquiera los seres humanos activos y apenas sedentarios están libres.

¿Qué es el dolor lumbar y cuáles son sus signos?

Se conoce como lumbalgia o lumbago al dolor posicionado dentro de la zona lumbar baja, entre la cintura y los glúteos. El dolor de espalda baja afecta a todos los seres humanos viejos y jóvenes. Se predice que como mínimo el 70% de la población ha sufrido este problema antes de cumplir los 16 años.

El dolor puede estar deslocalizado y generalizado, irradiando de vez en cuando, estresante por leve que sea, en algunos casos. En otros, puede presentarse como un dolor muy severo, de vez en cuando incapacitante. La lumbalgia se evalúa como aguda, subaguda y persistente de acuerdo con su duración (mucho menos de seis semanas, de unas 6 semanas o mayor a 3 meses).

En realidad, el dolor lumbar en sí no constituye una enfermedad, sin embargo, es una forma común de llamar a este dolor en la zona lumbar. El lumbago puede surgir como un dolor agudo permanente o presentarse al hacer un esfuerzo, manifestándose de una manera punzante y realmente dolorosa.

A veces, la lumbalgia puede aparecer con diferentes signos que consisten en hormigueo y anestesia o disminución de la sensibilidad en las extremidades inferiores, o también en las superiores. Esto está asociado con su punto de partida neurológico, aunque eso no facilita descubrir sus principales razones. De ahí surge la siguiente pregunta.

¿Qué causa la lumbalgia?

Este padecimiento tradicionalmente, debido a la deslocalización de esta situación, se consideraba que tenía un lugar de inicio desconocido (ignorando el dolor lumbar de inicio patológico asociado con problemas vertebrales, por ejemplo). Actualmente, nos damos cuenta de que está realmente asociado con algunos procesos que pueden estar relacionados con raíces nerviosas, grupos de músculos, ligamentos, estructuras fasciales, vértebras y discos intervertebrales, además de órganos abdominales.

Aunque el mecanismo preciso no está completamente establecido, nos damos cuenta de que existen algunas ya conocidas razones mecánicas capaces de generar dolor lumbar, como son: distenciones, esguinces, sobreesfuerzos y contracturas, entre otras. En algunos casos de mayor gravedad, el dolor lumbar puede provenir de una hernia o rotura de discos vertebrales, espondilolistesis, lesiones traumatices o diferentes problemas, además de una infección o una neoplasia.

Para complicarlo aún más, algunas afecciones viscerales (enfermedades gastrointestinales, renales o vasculares) pueden irradiarse dentro de la zona lumbar, haciendo aún más complicado darse cuenta de su lugar de origen. En general, esta zona puede ser dolorosa por numerosas razones. Encontrar la causa correcta es esencial para evitar que aparezca el lumbago.

¿Se puede tratar el dolor lumbar?

En términos generales, no es viable hablar de un remedio para el dolor lumbar, porque no es una enfermedad en sí misma. Dependiendo del lugar de inicio del dolor, si se encuentra, se puede buscar un remedio particular. Pero la lumbalgia es una situación multifactorial y es bastante complicado remediarla sin tener un diagnóstico claro.

A veces, los analgésicos ni siquiera pueden aliviar el dolor de manera segura, por esta misma razón. Sin embargo, para el conocido como dolor lumbar inespecífico es muy útil mantenerse alejado de un estilo de vida sedentario, prescribiendo un relajante muscular o medicamentos antiinflamatorios. También es aconsejable un buen entrenamiento postural. Esto no es capaz de evitar la lumbalgia, sin embargo, se ha demostrado que es muy útil para mitigar sus síntomas.

¿Qué recomiendan los especialistas para el lumbago?

Los expertos en salud advierten que, aunque el ejercicio puede provocar dolor lumbar, el estilo de vida sedentario también puede hacerlo. Un ejercicio mal hecho o un esfuerzo excesivo pueden provocar dolor lumbar. Una forma de vida sedentaria y las malas posturas, también lo provocan. Por este motivo, se suele recomendar una actividad física diaria regular, leve o intensa, pero con supervisión o formación.

Otras investigaciones han demostrado que la ejecución de ejercicios corporales, que amplían los grupos musculares de forma compensada, pueden servir para aliviar los efectos del lumbago. Además, y como medida complementaria, suele recomendarse un tratamiento con la aplicación de frío y / o calor para aliviar el dolor.

En cualquier caso, y debido a que su lugar de inicio puede ser muy incierto, en el caso de que el dolor persista, es recomendable acudir a un especialista en esa dolencia para intentar descubrir el motivo. Además, en cuanto a la alimentación, es recomendable ingerir alimentos que ayudan a controlar la inflamación y los dolores causados por enfermedades reumáticas, como la artritis.

Fuente: Salud Ahora

Si la adolescencia es -de por sí- una etapa compleja, mucho más difícil puede llegar a ser si nos toca afrontar un desorden alimenticio. Por eso, es importante conocer de qué se tratan estos trastornos y estar atentos en caso de observar conductas anormales, para actuar de manera oportuna. Carolina Alston, psicóloga de IntegraMédica, nos cuenta todo en esta nota.

«Los trastornos de la conducta alimentaria se manifiestan, por lo general, en la adolescencia y los primeros años de la adultez. Los más comunes son la anorexia y la bulimia, pero también existen otros que pueden ir en función de restringir, evitar o purgar alimentos. La purgación viene como consecuencia de haber consumido algún alimento «restringido» por el paciente y aparece como conducta compensatoria. En todos los casos existe una relación poco saludable con la comida, donde no hay control ni manejo saludable de las conductas alimentarias, con presencia de pensamientos rumiantes negativos respecto del cuerpo y los alimentos», explica Carolina.

Señales y tratamientos
De acuerdo a lo que explica la experta, es importante detectar estos desórdenes a tiempo y para eso es necesario saber qué señales tienen asociados. «Habitualmente, se puede observar una evitación de situaciones que involucren comida; por ejemplo, separar la comida del plato al comer en la mesa con el resto de la familia; que recurrentemente él o la adolescente diga que ya comió; u observar conductas detox repetidas con el objetivo de bajar de peso. También pueden hacer observaciones negativas respecto de su talla, acompañado de una autovaloración negativa respecto del cuerpo», detalla.

En general, este tipo de trastornos se abordan con tratamientos multidisciplinarios, incluyendo el apoyo de psicólogos, psiquiatras, nutriólogos y cardiólogos si es necesario. «Adicionalmente, se requiere de apoyo constante de la familia, ya que la ayuda y contención de ellos es clave en este proceso de recuperación», cuenta Carolina Alston.

El valor de la comunicación
La psicóloga sostiene también que, desde el punto de vista de la prevención, es muy importante resguardar una buena comunicación con los adolescentes y preventivamente, psicoeducar desde la niñez. «En primer lugar, enseñar desde el hogar el valor que tiene el amor propio, el respeto por el cuerpo y su diversidad, comprendiendo que todos los cuerpos son diferentes; celebrar esas diferencias es necesario. Por ello, es necesario concientizar y visibilizar desde lo social la importancia que tiene el honrar el cuerpo mediante una relación sana y respetuosa con la alimentación», asegura la especialista.

Asimismo, agrega que los padres tienen la importante tarea de guiar lo que ven sus hijos e hijas en redes sociales, porque muchas veces admiran cuerpos «perfectos», irreales y retocados, lo cual hace que basen sus ideales corporales en torno a metas inalcanzables. «Es muy importante explicarles esto desde pequeños, derrumbando paradigmas en base a estereotipos ilusorios; la comunicación es clave», plantea la psicóloga de IntegraMédica.

Fuente: Muy Saludable

Los días con altas temperaturas se hacen estables y las piscinas empiezan a prepararse para recibir a sus bañistas. Y es que en esta época de calor son grandes y chicos los que se dan más de chapuzón para refrescarse. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta para cuidar bien nuestra piel? El doctor Leonardo Espinoza, dermatólogo de Clínica Bupa Santiago, nos cuenta.

Radiación solar
Lo más importante es protegerse de los rayos UV del sol y lograr que esto sea un hábito diario. «Estos meses de verano son los de mayor calor, pero la radiación ultravioleta está presente todo el año, y es esta la responsable tanto del envejecimiento de la piel como de muchos de los cánceres cutáneos. Los cuidados principales consisten en la aplicación de un protector solar, utilizar ropa que nos ayude a evitar los rayos solares directamente y evitar exponerse a la luz del sol en los horarios cercanos al mediodía. En cuanto al protector solar, si bien la recomendación ideal es aplicarlo cada 2 a 3 horas, especialmente en las zonas más expuestas como la cara, la clave es partir forjando el hábito, comenzando con una aplicación mínima de tres veces al día: en la mañana, cerca del mediodía y en la tarde», explica el especialista.

En este contexto, también resulta fundamental cuidar los ojos, aplicando protector solar también en los párpados, utilizar lentes de sol en caso de exposición y evitar los horarios centrales del día. «En el caso de los ojos, en particular, hay que tener especial precaución con la luz solar que se refleja en el agua y la arena. Lo ideal es preferir lentes de sol que bloqueen la luz ultravioleta entre un 99 a 100%», dice el dermatólogo.

En cuanto al pelo y el cuero cabelludo, lo más importante es proteger la piel de la zona, que también sufre los efectos perjudiciales de la radiación solar y muchas veces no lo tomamos en cuenta hasta que se genera una quemadura solar. Lo esencial es aplicar los mismos hábitos generales de protección del sol, siendo de mayor utilidad un sombrero u otra prenda similar.

Cloro, hongos e insectos
El doctor Espinoza también destaca la importancia de proteger la piel del cloro de las piscinas. «Genera una importante resequedad de la piel, lo que puede generar picazón e incluso terminar en una irritación, o dermatitis. La clave para evitar los efectos indeseados es simplemente aplicar una buena cantidad de crema humectante al terminar de bañarse», explica.

Asimismo, el especialista explica que, con el calor y mayor sudoración, pueden aparecer hongos, ante lo que recomienda evitar la humedad, sobre todo en el pecho, espalda y pies. «En el pecho y en la espalda es frecuente observar en esta temporada casos de pitiriasis versicolor, una condición en la que un hongo que habitualmente vive en nuestra piel se activa y genera molestias, normalmente presentándose como manchas redondas y casposas, ya sea más claras u oscuras que la piel de cada uno (y de ahí su nombre: versicolor). En el caso de los pies, con frecuencia se genera maceración entre los dedos, lo cual es una señal de que hay hongos presentes. En ambos casos lo ideal es prevenir y, en caso de presentarse la condición, consultar al médico para que podamos indicar un tratamiento antimicótico apropiado», señala.

Durante esta época y por un mayor contacto con la naturaleza, estamos también más expuestos a insectos. Según explica el doctor Espinoza, lo más común son las picaduras de zancudo, que suelen resolverse sin mayores problemas. En cuanto a las abejas y las avispas, es importante saber que pueden generar una reacción alérgica severa, por lo que, si el sitio de piel afectado presenta una reacción llamativa, extensa, o bien se presentan síntomas sistémicos tales como problemas para respirar o alteraciones de la consciencia, se debe acudir a un servicio de urgencia médica.

«Por último, cabe destacar a las arañas: en Chile tenemos a la Loxosceles laeta, más conocida como araña de rincón: si bien su hábitat es al interior del hogar y no al aire libre, son los meses de calor en los que se reportan la mayoría de las mordeduras, por lo que debemos tenerlas presentes. La recomendación es tener cuidado con aquellos lugares difíciles de limpiar, como detrás de los muebles o en los clósets. En caso de sentir una mordedura (que suele ser muy dolorosa) se debe acudir a un servicio de salud a la brevedad», asegura el dermatólogo de Clínica Bupa Santiago.

Fuente: Muy Saludable

Un cáncer es una enfermedad en la que una o varias células de un tejido se descontrolan y crecen desordenadamente, formando tumores que luego pueden diseminarse a otros órganos.

«El cáncer colorrectal se produce por mutaciones en las células del colon y recto, las que se generan por alteraciones transmitidas por los genes desde los padres, por daños del ADN producidos durante la vida de una persona, o por una mezcla de ambos. Se ubica en el área colorrectal, pero una vez diseminado puede afectar a otros órganos, como el hígado o el pulmón», explica el doctor Richard Castillo, cirujano especialista en coloproctología de Clínica Bupa Santiago.

Sin embargo, este es uno de los cánceres que pueden ser tratados con buenos resultados cuando existe un diagnóstico precoz y cuando se combinan las terapias existentes actualmente (cirugía, quimioterapia y/o radioterapia).

¿Cómo se previene el cáncer colorrectal?
Todos los cánceres se pueden ayudar a prevenir llevando una vida saludable, evitando la obesidad, el consumo de tabaco y realizando actividad física frecuente. «En el caso del cáncer de colon y recto, el tamizaje (pesquisa en personas asintomáticas) oportuno con o sin presencia de factores de riesgo permite la detección precoz de tumores, obteniendo mejores resultados y mejor sobrevida», asegura el doctor Castillo.

Por eso, la presencia de factores de riesgo importantes de cáncer colorrectal, como los antecedentes familiares, deben conducir a una pronta consulta médica para orientarnos acerca de la necesidad de exámenes de screening, la periodicidad y la extensión de la indicación a familiares directos.

«En este sentido, es importante señalar que este tipo de cáncer tiene tratamiento, sobre todo en etapas tempranas. La consulta oportuna y la adherencia al tratamiento permiten obtener mejores resultados al combinar las distintas terapias que ofrece la medicina actual», detalla el cirujano coloproctólogo.

Fuentes: Muy Saludable

Generalmente, escuchamos sobre las famosas grasas «trans» o vemos sellos negros en los alimentos que nos alertan sobre su alto contenido de grasas saturadas. Pero, ¿sabemos lo suficiente sobre las grasas «buenas» para nuestro organismo? El doctor Andrés Sánchez, médico en nutrición de Clínica Bupa Santiago, nos explica en esta nota sobre los diferentes tipos de grasas y cómo identificarlas.

«Las grasas comestibles incluyen todos los lípidos que se encuentran en los tejidos animales y vegetales y que se ingieren como alimento. Están las popularmente llamadas grasas malas, presentes en comida chatarra o alimentos origen animal, y las grasas buenas o saludables, del grupo de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que al ser consumidas regularmente permiten cubrir los requerimientos de grasas esenciales y ayudan a prevenir enfermedades crónicas», detalla.

Según explica el especialista, las grasas saturadas, provocan efectos dañinos en la concentración de colesterol de nuestras lipoproteínas, incrementando los niveles de colesterol malo (LDL-c), depositandose en las paredes de las arterias generando placas de ateromas y en el largo plazo eventos cardiovasculares como el infarto miocárdico o los accidentes cerebrovasculares. «Por estas razones, el consumo total de ácidos grasos saturados no debería superar el 7% de la ingesta total de calorías diarias», cuenta.

Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA), en Chile solo el 5,3% de las personas lleva a cabo una alimentación saludable y hay un bajo cumplimiento de las recomendaciones de las guías alimentarias, sobre todo por bajo consumo de frutas, verduras, lácteos y pescados. «En cuanto al consumo de grasas, existe un alto consumo de carnes rojas y carnes procesadas, en comparación con un muy bajo consumo de pescado y mariscos. Para los lácteos, solo se consume la mitad de lo recomendado.

«Esto se traduce en que el mayor consumo de grasas en Chile proviene de grasas malas saturadas (52,8%), seguido después por las grasas buenas: poliinsaturadas Omega 3 y Omega 6 (25,4%) y finalmente las monoinsaturadas Omega 9 (21,8%). Estos datos confirman la mala alimentación en Chile, lo cual se refleja en los altos índices de sobrepeso y obesidad que afectan a la población», agrega Sánchez.

Grasas saludables
Existen dos ácidos grasos que los seres humanos no podemos sintetizar, llamados ácidos grasos esenciales y por lo tanto debemos ingerirlos como parte de nuestra alimentación para mantener un buen estado de salud: el ácido linoleico (Omega-6) y el ácido alfa linolénico (Omega-3). «Adicionalmente sabemos que el consumo regular de ácidos grasos monoinsaturados Omega-9 como la oliva y poliinsaturados Omega-3 EPA y DHA, provenientes del aceite de pescado, ayudan a regular la presión arterial, el ritmo cardíaco, los niveles de triglicéridos, inflamación, y la función endotelial y cardíaca».

Pero, ¿dónde los encontramos?

● Omega-9: el principal es el ácido oleico dado que es el más común en la dieta y está presente en fuentes animales y vegetales como el aceite de oliva, canola, maravilla y la palta. Consumo recomendado es de 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-6: aquí encontramos el ácido linoleico que es una de las grasas esenciales y que debemos obtener de nuestra alimentación. Se encuentran presentes en la mayoría de aceites vegetales. El consumo recomendado es 12 g/día en la mujer y 17 g/día en el hombre, esto equivale entre 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-3: se encuentra presente en aceites vegetales como la canola y soya, y semillas de linaza y chia. La ingesta recomendada es de 1,1g/día en la mujer y 1,6g/día en el hombre lo que equivale a consumir ½ cucharadita diaria.

● Ácidos grasos EPA y DHA: aunque nuestro cuerpo puede sintetizarlos, lo hacemos de manera muy insuficiente, por lo tanto se recomienda consumir Omega-3 EPA y DHA a partir de pescados grasos como el salmón, jurel, caballa, arenque y anchoa. También está presente en el aceite de algas. El consumo diario de ácidos grasos Omega-3 EPA y DHA debería ser de 250 mg diario o al menos consumir pescados grasos 2-3 veces por semana.

«En general, todos debemos preferir el consumo de las grasas buenas sobre las malas, pero especialmente deben consumirlas aquellas personas con alto riesgo cardiovascular como por ejemplo diabéticos, hipertensos, pacientes con antecedentes de arritmias cardíacas o infarto del miocardio, pacientes con dislipidemias y altos niveles de triglicéridos e incluso vegetarianos», agrega el médico en nutrición.

Fuente: Muy Saludable – Bupa

Los alimentos funcionales son aquellos alimentos o partes de los mismos que contienen sustancias que, sin ser nutrientes esenciales y necesarios para la vida (como vitaminas, minerales,  grasas y carbohidratos), consiguen prevenir enfermedades o bien atenuar síntomas de patologías ya diagnosticadas cuando son consumidos de forma regular. La mayoría de estos alimentos se encuentran en el reino vegetal, léase verduras, hortalizas, tubérculos, legumbres, cereales, frutas, aceites vegetales y semillas. 


Entre estas sustancias hay que destacar los antioxidantes. Los alimentos con antioxidantes combaten el estrés oxidativo de células y tejidos. Éste se produce por las reacciones metabólicas normales, pero se ve incrementado por el estrés y la ansiedad diarios, contaminación ambiental, elementos que se encuentra en los alimentos industriales (son usados para mejorar la patabilidad de forma que, a la vez, su consumo aumenta), el humo del tabaco, el exceso de alcohol y las grasas saturadas, entre otros. 


Todo esto puede hacer que las células mueran antes y los tejidos envejezcan más rápido. Sin embargo también pueden producir mutaciones en el ADN de la célula y desencadenar determinados tipos de tumores o enfermedades autoinmunes. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el estrés oxidativo genera una inflamación crónica en células y tejidos, siendo el origen de enfermedades cardiovasculares (infarto e ictus), diabetes y patologías neurológicas degenerativas (Alzheimer, Parkinson).


Los antioxidantes presentes en los alimentos funcionales combaten este estrés oxidativo y contrarrestar su efecto deletéreo. Entre las sustancias antioxidantes hay diferentes tipos dependiendo de su composición química. 

  • Terpenoides: los más conocidos son los carotenoides (alfa y beta caroteno), que son la proforma de la vitamina A. Se encuentran en verduras y frutas de coloro rojo, anaranjado y amarillo como la zanahoria, mango, papaya, melocotón, albaricoque, calabaza, pimiento y tomate. Un carotenoide muy conocido y con alto poder antioxidante es el licopeno, presente, principalmente, en el tomate y con una gran función protectora frente al cáncer de próstata. Otros carotenoides son las xantofilas, como la zeaxantina y xantina, que se encuentran en café, cacao y las hojas del té verde
  • Flavonoides: destacan las flavononas, isoflavonas y flavononas. Están presentes, sobre todo, en los frutos rojos como moras, frambuesas, arándanos, uvas rojas, granadas y zarzamoras y tienen la capacidad de proteger el aparato cardiovascular. Entre los flavonoides se encuentra el resveratrol, muy conocido también por sus propiedades beneficiosas para la piel y que se encuentra, principalmente, en la uva, tanto en el zumo como en el vino (siempre en cantidades moderadas)
  • Polifenolespresentes en multitud de verduras, cereales y legumbres. Tienen un efecto preventivo sobre los tumores de mama, colon, estómago, páncreas, hígado y piel. 
  • Ácidos grasos omega: cabe destacar el omega 3, que se encuentra en aceites de origen vegetal (oliva, maíz, girasol y soja). Es un gran aliado para la salud del corazón y las arterias. Además, tiene su efecto antiinflamatorio ayuda a prevenir la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas
  • Compuestos sulfurados: se encuentran, principalmente, en el ajo y la cebolla. Estos compuestos son los que le proporcionan sus característicos olor y sabor. Ayudan a prevenir la diabetes, tumores y enfermedades autoinmunes

Para obtener los efectos beneficios de estos alimentos funcionales hay que realizar un consumo constante y diario de ellos. Siempre, sin olvidar, la ingesta del resto de alimentos saludables característicos de la dieta mediterránea. 


Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

Fuente: Centro Médico – Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED)

El sistema inmunológico humano es uno de los más complejos. En los procesos inmunitarios intervienen multitud de células diferentes, enzimas y proteínas que dan lugar a múltiples reacciones químicas y procesos con el objetivo de organizar la defensa del organismo. 

También hay que incluir la influencia interna de la genética, de las hormonas, del sistema nerviosos. Y, por supuesto, hay que mencionar el efecto de factores externos ambientales, como el aire, el agua, el estrés y la alimentación. 

El sistema inmunológico además de proteger el organismo de agresores externos como son virus, bacterias, hongos, metales, partículas en suspensión, radiaciones ionizantes, también tienen una función de defensa de agresores internos como la formación de células cancerígenas y aquellos factores implicados en procesos inflamatorios

No hay que olvidar, que el sistema inmunológico también interviene en los procesos de crecimiento, desarrollo, reproducción, digestión, excreción y un largo etcétera. Es decir, está implicado en todas las funciones del organismo y los procesos adaptativos del ser humano. 

Precisamente, los alimentos pueden influir y modular la respuesta inmunológica del organismo, de forma positiva o negativa

Entre los alimentos que “agreden” el organismo se encuentran los azúcares, especialmente, los azúcares refinados industriales. El azúcar por sí mismo puede favorecer que se desarrolle una inflamación crónica de los tejidos, que terminará dañándolos y generando, por tanto, una enfermedad.

El segundo alimento negativo para el sistema inmunológico son las grasas saturadas y las grasas trans. Este tipo de grasas van a inducir un estado inflamatorio, principalmente en la pared de los vasos sanguíneos, siendo responsables en gran medida de los daños en el sistema cardiovascular, pudiendo dar lugar a infartos o ictus. Este tipo de alimentos afectan a la capacidad de defensa del sistema inmunológico favoreciendo la agresión de agentes patógenos externos. 

Este tipo de alimentos, además de afectar al sistema inmune, también afectan a la epigenética, pudiendo dar lugar a mutaciones en el núcleo de las células con el resultado de que el sistema inmunológico esté más debilitado. 

También afectan a la salud de nuestras defensas, el exceso de alcohol y de determinados aditivos alimentarios que están cada vez más presente en los alimentos de uso cotidiano. 

Por otra parte, hay alimentos que mejoran la salud del sistema inmunológico (mejorando la respuesta inmune o a través de la epigenética). En este caso tenemos que hablar de las vitaminas, destacando la vitamina C y la E, presentes en frutas, verduras y frutos secos.

Otros aliados del sistema inmunológico, son los ácidos grasos insaturados, contenidos en los pescados azules o rosados (salmón, trucha), aceites vegetales (oliva, soja, girasol, maíz). 

También hay que mencionar como refuerzos de las defensas a las isoflavonas, presentes en frutos rojos, vino, verduras (verdes, sobre todo), té verde, etc. Son poderos agentes antioxidantes que pueden corregir mutaciones y estimular las defensas del sistema inmunológico

En resumen, lo que comemos puede servir tanto para debilitar como para reforzar el sistema inmunológico, por lo que una alimentación adecuada y equilibrada va a hacer que se reduzcan las posibilidades de enfermar. 

Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas 

Fuente: Centro Médico – Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

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