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Mantener una alimentación equilibrada y seis comidas diarias, es la dieta recomendada para las futuras mamás, quienes apenas confirman el embarazo, deben cambiar sus hábitos alimentarios, para asegurar su salud y adecuado desarrollo del bebé.

Los infaltables durante el embarazo, son aquellos alimentos ricos en vitaminas, proteínas, ácido fólico, calcio y hierro, nutrientes esenciales para el periodo de gestación del bebé ¿Dónde encontrarlos? Es más sencillo de lo que piensas, ya que se encuentran en alimentos de consumo diario, como:

  1. Lácteos descremados: Son ricos en proteínas, característica que ayuda a la regeneración de tejidos.
    Consumo diario recomendado: 3-4 porciones (1 envase regular, 1 vaso de 200 cc, 2-3 rebanadas de quesillo).
  2. Carnes rojas y blancas: Las carnes están compuestas por hemoglobina, proteínas plasmáticas, enzimas y vitaminas, convirtiéndose en un alimento completo.
    Consumo diario recomendado: 60 gr (palma de la mano).
  3. Alimentos integrales: Por su alto contenido de fibra, son una buena fuente de energía que se puede consumir en galletas, pan, tallarines o arroz.
    Consumo diario recomendado: Medio a 1 plato – 3/4 taza a 1 taza.
  4. Verduras verdes: En ensaladas o tortillas, las verduras verdes siempre deben estar presentes en la dieta de las futuras mamás por su alto contenido de calcio, siendo las más recomendables el brócoli y repollo.
    Consumo diario recomendado: 4 veces al día, 1 taza en cada comida.
  5. Frutas ricas en vitamina C: Las naranjas y kiwis son las frutas que contienen más vitamina C, la cual durante el embarazo ayuda a la fijación de hierro.
    Consumo recomendado: 2 o 3 veces al día.
  6. Paltas y granos enteros: Estos alimentos son ricos en vitamina B6, la cual ayuda a la descomposición de las proteínas para obtener sus nutrientes. Consumo recomendado: 1 vez al día.
  7. Huevos y legumbres: Por su sabroso sabor y fácil cocción, se recomienda que las embarazadas consuman estos alimentos a diario, ya que son una fuente importante de hierro.
    Consumo recomendado: legumbres 1 plato mediano, 1-2 veces a la semana. El huevo se puede comer como colación entre comidas.
  8. Productos del mar: La ingesta de carnes de pescado o productos del mar, son una alta fuente de ácidos grasos esenciales. Este consumo es importante a partir del segundo trimestre del embarazo para el desarrollo del sistema nervioso central del feto, crecimiento y formación de neuronas del cerebro.
    Consumo recomendado: 1 o 2 veces a la semana.
  9. Ácido fólico: Se debe aumentar su consumo en el embarazo, debido al crecimiento fetoplacentario y la eritropoyesis materna (producción de glóbulos rojos en la médula ósea). Las mujeres que fuman, consumen alcohol o utilizan drogas, tienen más riesgos de padecer carencias nutricionales, por lo tanto deben incluir alimentos ricos en ácido fólico. ¿Dónde lo encuentro? En espárragos, repollitos de Bruselas, coliflor, espinaca, porotos blancos y negros, palta, brócoli, repollo, frutos secos, jugo de naranja o pomelo.

Fuente: Clínica Bupa

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El vitíligo es una enfermedad cutánea, crónica y no contagiosa que ocasiona un trastorno en la pigmentación de la piel. Es por ello que el 25 de junio se celebra el Día Mundial del Vitíligo, con la finalidad de dar a conocer información sobre esta patología y como afecta a las personas que la padecen.

Se requiere sensibilizar y concienciar a las personas sobre esta condición dermatológica autoinmune, que afecta aproximadamente a un 2% de la población a nivel mundial no solo en la piel, sino en su autoestima.

¿Que es el vitíligo?

El vitíligo es una enfermedad autoinmune y progresiva de la piel, caracterizada por la aparición de manchas o lesiones acrómicas de diversos tamaños denominadas máculas, de color blanco nacarado y con una superficie lisa.

Ello es ocasionado por la destrucción de los melanocitos (células responsables de la pigmentación de la piel), disminuyendo la producción de melanina en varias partes del cuerpo, tales como contorno de los ojos, fosas nasales, cara, codos, tobillos, axilas, rodillas, manos y pies.

Si la lesión aparece en áreas pilosas (cuero cabelludo, pestañas, cejas y genitales) afectará el color del vello, conocido como poliosis.

Este trastorno se vincula a factores tales como predisposición genética, estrés y se ha asociado a otras enfermedades (diabetes, Enfermedad de Adisson, anemia perniciosa y trastornos tiroideos). Se desarrolla, en promedio, a partir de los 20 años de edad, con mayor prevalencia en la población femenina y algunos grupos étnicos.

Diagnóstico, tratamiento y recomendaciones

El diagnóstico del vitíligo es efectuado por un dermatólogo, mediante una evaluación clínica en la piel del paciente, utilizando una lámpara de hendidura o de Wood. Emite una luz ultravioleta que permite detectar las lesiones en el cuerpo.

En cuanto al tratamiento del vitíligo para restaurar la pigmentación de manera parcial y temporal se aplicará dependiendo del grado y ubicación de las lesiones, así como la edad del paciente. En todos los casos es muy importante evitar la exposición directa al sol. Estas son algunas opciones o alternativas:

  • Corticoides tópicos.
  • Fototerapia con radiación Ultravioleta y UVB de banda estrecha.
  • Antioxidantes orales.
  • Inhibidores de calcineurina.
  • Injerto de piel.
  • Trasplante de suspensión celular.

Algunas recomendaciones para el cuidado de la piel son las siguientes:

  • Proteger la piel del sol, así como de fuentes artificiales de luz ultravioleta.
  • Utilizar protector solar con un elevado factor de protección y resistente al agua.
  • Utilizar prendas de vestir que protejan la piel del sol.
  • Evitar el uso de camas bronceadoras y lámparas solares.
  • Evitar la colocación de tatuajes, especialmente en la zona de las lesiones.
  • Consumir vitaminas (Ginko Biloba, vitamina C, vitamina B-12, ácido fólico y ácido alfa-lipoico).

Vitíligo: una anomalía estética no aceptada

El vitíligo, por ser una enfermedad visible, que afecta estéticamente al paciente, ocasionando rechazo o poca aceptación en su entorno social y familiar. Esto genera como consecuencia baja autoestima, ideación suicida (en algunos casos), estrés, irritabilidad, agresividad, aislamiento social, depresión y ansiedad.

Resulta pertinente buscar apoyo profesional especializado (dermatólogo, psicólogo), a fin de efectuar un adecuado seguimiento y control del paciente, aunado al apoyo familiar para afrontar esta enfermedad.

Es de vital importancia concienciar a la población mundial sobre el vitíligo, para normalizar esta condición o trastorno en la Sociedad y evitar la discriminación y rechazo hacia las personas que la padecen.

Comparte información útil y valiosa sobre el Día Mundial del Vitíligo en las redes sociales, utilizando el hashtag #DiaMundialVitiligo.

Fuente: Día Internacional

FSHD

Distrofia muscular facioescapulohumeral o FSHD es el más prevalente de los nueve tipos primarios de distrofia muscular que afectan a adultos y niños.

La distrofia muscular es una enfermedad genética, hereditaria del músculo que causa debilidad muscular progresiva. La FSHD también se caracteriza ampliamente como una enfermedad neuromuscular (NMD).

Las distrofias musculares son similares en la medida en que causan debilidad progresiva del músculo esquelético, defectos en los componentes bioquímicos, físicos y estructurales del músculo y la muerte de las células musculares y del tejido. Sin embargo, los investigadores creen que las causas de cada una de las distrofias musculares no son necesariamente las mismas.

El síntoma principal de la FSHD es el debilitamiento progresivo y la pérdida de los músculos esqueléticos. La localización habitual de estas debilidades en el inicio es el origen del nombre: cara (facio), cintura escapular (escapulo) y brazos (humeral). Las debilidades tempranas de los músculos del ojo (abierto y cerrado) y de la boca (sonrisa, fruncir los labios, silbido) son distintivas para la FSHD.

Estos síntomas, en combinación con la debilidad en los músculos que estabilizan la escápula (omóplatos), son a menudo la base del diagnóstico médico de la FSHD. En la mayoría de los casos, la afectación del músculo comienza en la cara y progresa lentamente hacia los músculos del hombro y del brazo y luego hacia abajo hasta los músculos extensores del abdomen y del pie. La caída del pie y la debilidad del pie son manifestaciones tempranas. Los signos iniciales de FSHD incluyen dificultad para alcanzar por encima del nivel del hombro, caída del pie, alas escapulares y debilidad facial. La debilidad en los músculos abdominales puede causar un abdomen protuberante y lordosis lumbar. Los músculos abdominales inferiores suelen ser más débiles que los músculos abdominales superiores. Esta distribución de la debilidad no se ve en muchas otras enfermedades y, por lo tanto, es muy específico para la FSHD.

Aunque la progresión de la FSHD es bastante variable, es generalmente, relativamente lenta. Con la FSHD, la mayoría de las personas afectadas desarrollan debilidades (lado a lado) desequilibradas. La razón de esta asimetría es desconocida. En más de la mitad de los casos de FSHD hay otros síntomas, incluyendo pérdida de audición de alta frecuencia y/o anomalías de los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo. Las anomalías vasculares en la parte posterior del ojo conducen a problemas de visión en sólo alrededor del 1% de los casos. Dado que estas anormalidades no son exclusivas de la FSHD, hay que tener en cuenta que su presencia solo, en un individuo en riesgo de FSHD, es insuficiente para un diagnóstico de FSHD. Aunque no es típico, algunos pacientes con FSHD tienen insuficiencia respiratoria, especialmente aquellos con FSHD grave.

La forma más común de la FSHD es de lejos, la FSHD tipo 1A (cromosoma 4-enlazado FSHD). Una estimación conservadora de la incidencia es de 1 en 14.000 nacimientos en todo el mundo, sin embargo, debido al aumento de la experiencia con la FSHD, la investigación basada en la población y las pruebas genéticas mejoradas, esta estimación puede ser baja, la incidencia real puede ser 1 en 7.500.

La FSHD tipo 1B (no-cromosoma 4-enlazado FSHD) es mucho más raro que la FSHD tipo 1ª. No hay una estimación generalmente aceptada de su incidencia, pero la incidencia es poco probable que supere el 2% de todos los casos de FSHD. La FSHD infantil (IFSHD) se caracteriza por el inicio en la primera infancia. No hay una estimación generalmente aceptada de su incidencia, pero es rara.

Otros términos médicos para la FSHD son:

Distrofia muscular de Landouzy-Dejerine

El nombre más antiguo para la FSHD, llamado también de Landouzy y Dejerine, que describieron la enfermedad en 1885.

Enfermedad facioscapulohumeral

El término utilizado por el Dr. George W.A.M. Padberg en 1980 para describir la FSHD como una enfermedad multi-sistema de cuerpo entero.

Distrofia muscular facio-escápulo-humeral

Una variación menos común de la ortografía.

Distrofia Muscular Fascioscapuohumeral

A veces visto en la literatura, una alternativa de ortografía muy rara y poco común para la FSHD.

Distrofia Muscular Scapuohumeral

Una forma de distrofia facial que tiene un locus genético que puede ser el mismo que para la FSHD.

Enfermedad de Coats

También llamada telangiectasia de la retina, un trastorno esporádico caracterizado por un defecto del desarrollo vascular retiniano que resulta en la fuga de vasos, exudación sub-retinal y desprendimiento de retina. El trastorno fue informado por primera vez por Coats en 1908. Suele asociarse con FSHD infantil o de inicio temprano.

Los dos tipos de FSHD (FSHD1A y FSHD1B) son trastornos genéticos autosómicos dominantes. Cada hijo de un padre con FSHD tiene un 50% de probabilidad de heredar FSHD. El tipo de FSHD heredado por el niño es siempre el mismo que el del padre afectado (es decir, si el padre tiene FSHD1A, cada niño tiene un riesgo del 50% para FSHD1A).

La gravedad de los síntomas puede variar de persona a persona dentro de una familia. Los casos de FSHD esporádicos resultan de una nueva mutación. Los estudios informan del 10% hasta el 33% de los casos de FSHD como esporádica (mutación de novo). Aproximadamente el 20% de los casos esporádicos reportados son aquellos heredados de un padre aparentemente no afectado que es un “mosaico de línea germinal”, lo que significa que sólo las células germinales de la madre o del padre (el óvulo o el esperma) están afectadas. Cuando se trata de un mosaico de línea germinal, el padre no se ve afectado, pero los niños están en riesgo. En el 80% restante de los casos esporádicos, ninguno de los genes de los padres se ven afectados.

Una nueva mutación espontánea resulta en una deleción del cromosoma 4 que causa FSHD1A. Cuando el fragmento de deleción 4q35 aparece en un caso esporádico de FSHD, se transmite de forma autosómica dominante (solo uno de los padres necesita ser afectado) a generaciones sucesivas. La probabilidad, entonces, de pasar la enfermedad a una descendencia es del 50%.

Fuente: FSHD

cancer_prostata_investigaciones

En muchos centros médicos de todo el mundo se están realizando investigaciones sobre las causas, la prevención, la detección, las pruebas y el tratamiento del cáncer de próstata.

Genética

Las nuevas investigaciones sobre cambios genéticos relacionados con el cáncer de próstata ayudan a los científicos a entender mejor cómo se origina el cáncer de próstata. Esto podría permitir la creación de medicamentos para atacar estos cambios.

Las pruebas para detectar los genes anormales del cáncer de próstata también podrían ayudar a identificar a los hombres con alto riesgo que podrían beneficiarse de pruebas de detección o de estudios clínicos de quimioprevención, los cuales  usan medicamentos para tratar de evitar que padezcan cáncer.

En los hombres ya diagnosticados con cáncer de próstata, las pruebas para detectar ciertos cambios genéticos pueden ayudar a los pacientes y a sus médicos a estimar la probabilidad de que el cáncer crezca y se propague. Esto  podría influir en la determinación de las opciones de tratamiento (ver información más adelante).

Prevención

Los investigadores continúan buscando los alimentos (o las sustancias en ellos) que pueden ayudar a disminuir el riesgo de cáncer de próstata. Los científicos han encontrado algunas sustancias (licopenos) en los tomates y en los frijoles de soya (isoflavonas) que podrían prevenir algunos cánceres de próstata. Actualmente se llevan a cabo estudios para examinar más de cerca los posibles efectos de estos componentes.

Además, los científicos están tratando de formar compuestos relacionados que sean aún más potentes y que se puedan usar como suplemento alimenticio. Sin embargo, hasta ahora la mayoría de las investigaciones sugieren que una alimentación balanceada que incluya estos alimentos, así como otras frutas y vegetales, es probablemente más beneficiosa que consumir sustancias específicas en suplementos alimenticios.

Una vitamina que podría ser importante en la prevención es la vitamina D. Algunos estudios han encontrado que los hombres con altos niveles de esta vitamina parecen tener un menor riesgo de padecer las formas más letales de cáncer de próstata. En general, sin embargo, los estudios no han encontrado que la vitamina D proteja contra el cáncer de próstata.

Algunas investigaciones han sugerido que los hombres que toman de forma habitual ciertas medicinas (como una aspirina o estatinas para reducir los niveles de colesterol) por mucho tiempo podrían presentar un menor riesgo de padecer o morir a causa de cáncer de próstata. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar esto y para confirmar que cualquier beneficio supera los riesgos potenciales.

Los científicos también han evaluado si ciertas medicinas hormonales conocidas como inhibidores de 5-alfa reductasa reducen el riesgo de cáncer de próstata. Este tema se discute en ¿Se puede prevenir el cáncer de próstata?

Detección temprana

Los médicos concuerdan que la prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico no es infalible para encontrar el cáncer de próstata en sus comienzos. Esta prueba puede pasar por alto algunos cánceres, y a veces encuentra cánceres que probablemente nunca necesiten tratamiento. Los investigadores están esforzándose para establecer estrategias que atiendan este problema.

Un método consiste en tratar de mejorar la prueba que mide el nivel total de PSA, como se describió en la sección Pruebas de detección para el cáncer de próstata.

Otro método consiste en desarrollar nuevas pruebas basadas en otras formas de PSA, u otros marcadores tumorales. Varias pruebas más nuevas parecen ser más precisas que la prueba PSA, incluyendo:

  • La prueba Índice de Salud Prostática (PHI), que combina los resultados del PSA total, PSA libre y proPSA para ayudar a determinar la probabilidad de que un hombre tenga cáncer de próstata que podría requerir tratamiento
  • La prueba 4Kscore, que combina los resultados de PSA total, PSA libre, PSA intacto y calicreína humana 2 (hK2), junto con otros factores, para ayudar a determinar la probabilidad de que un hombre tenga cáncer de próstata que podría necesitar tratamiento
  • Pruebas, como Progensa, que analiza el nivel de antígeno 3 del cáncer de próstata (PCA3) en la orina después de un examen digital del recto (DRE). Al realizar el DRE, algunas células de la próstata pasan a la orina. Mientras más alto sea el nivel, mayor probabilidad existe de que haya cáncer de próstata.
  • Pruebas que buscan un cambio genético anormal llamado TMPRSS2: ERG en las células de la próstata de la orina que se obtiene después del DRE. Este cambio genético se encuentra en algunos cánceres de próstata, pero es infrecuente en las células de los hombres sin cáncer de próstata.
  • ExoDx Prostate (IntelliScore), o EPI, una prueba que examina los niveles de 3 biomarcadores en una muestra de orina para ayudar a determinar el riesgo de un hombre de tener cáncer de próstata agresivo (de alto grado)
  • ConfirmMDx es una prueba que identifica a ciertos genes en las células de una muestra de la próstata obtenida mediante biopsia

Probablemente estas pruebas no remplacen la prueba PSA en un futuro cercano, pero podrían ser útiles en ciertas situaciones. Por ejemplo, algunas de estas pruebas pueden ser útiles en hombres con un PSA ligeramente elevado, para ayudar a determinar si deben someterse a una biopsia de la próstata. Algunas de estas pruebas pueden ser más útiles en la determinación de si los hombres que ya han tenido una biopsia de la próstata que no encontró cáncer deben someterse a otra biopsia. Los médicos y los investigadores están intentando determinar la mejor manera de utilizar cada una de estas pruebas.

El diagnóstico

Los médicos que realizan biopsias de la próstata a menudo usan la ecografía transrectal (TRUS), que crea imágenes blancas y negras de la próstata usando ondas de sonido, para saber de dónde tomar las muestras. Sin embargo, la ecografía convencional puede pasar por alto algunas áreas que contienen cáncer. Existen varios enfoques más recientes para diagnosticar el cáncer de próstata.

  • Un enfoque mide el flujo sanguíneo dentro de la glándula usando una técnica llamada ecografía Doppler a color. (A menudo los tumores tienen más vasos sanguíneos a su alrededor que el tejido normal). Esta técnica podría tomar biopsias más precisas de la próstata ya que ayuda a asegurar que se obtengan muestras de la parte correcta de la glándula.
  • Una técnica más reciente puede mejorar aún más la ecografía Doppler a color. Al paciente se le inyecta primero con una sustancia de contraste que contiene microburbujas, lo que ayuda a mejorar las imágenes de ecografía. Se han reportado resultados preliminares que son prometedores, y se están realizando más investigaciones sobre esta técnica.
  • Otro enfoque combina las imágenes de MRI y TRUS  para ayudar a guiar las biopsias de la próstata, especialmente en los hombres que presentaron resultados negativos en biopsias guiadas con TRUS realizadas anteriormente, pero en quienes aún el médico sospeche que hay cáncer. Esta prueba, conocida como biopsia guiada por fusión de imágenes (MRI/TRUS), se discute en Pruebas para diagnosticar y determinar la etapa del cáncer de próstata.

Clasificación por etapas (estadificación)

Determinar la etapa (extensión) del cáncer de próstata desempeña un papel clave en conocer las opciones de tratamiento de un hombre. No obstante, los estudios por imágenes para el cáncer de próstata, tales como la CT y la MRI, no pueden detectar todas las áreas de cáncer, especialmente áreas pequeñas de cáncer en los ganglios linfáticos. Por lo tanto, los médicos están evaluando nuevos tipos de estudios por imágenes.

La MRI multiparamétrica puede utilizarse para ayudar a determinar cuánto se ha extendido el cáncer y cuán agresivo podría ser, lo que podría afectar las opciones de tratamiento del paciente. Para esta prueba, se hace una MRI para observar la anatomía de la próstata, y luego al menos otro tipo de MRI (como difusión por resonancia magnética [DWI], resonancia magnética dinámica con contraste [DCE] o espectroscopia por MR) para ver otros parámetros del tejido de la próstata. Los resultados de los diferentes estudios se comparan para ayudar a encontrar las áreas anormales.

Otro método, llamado MRI con contraste, puede ayudar a encontrar los ganglios linfáticos que contienen células cancerosas. Primero, a los pacientes se les hace una MRI convencional y luego se les inyecta partículas magnéticas diminutas, y se les hace otra MRI el próximo día. Las diferencias entre los dos MRI identifican las posibles células cancerosas en los ganglios linfáticos. Los resultados preliminares de esta técnica son prometedores, aunque se necesita más investigación antes de que se pueda usar ampliamente.

Las tomografías por emisión de positrones convencionales (PET) que utilizan un tipo de azúcar radiactivo (FDG) que se inyecta en el cuerpo, no son muy útiles para determinar la etapa del cáncer de próstata. Sin embargo, los nuevos tipos de PET  que utilizan sustancias distintas al FDG, como el fluoruro de sodio radiactivo, la fluciclovina, la colina o el acetato de carbono, pueden ser más útiles para detectar el cáncer de próstata en diferentes partes del cuerpo, y son  estudiadas actualmente.​ 

Tratamiento

Se están desarrollando tratamientos más nuevos, y se están logrando mejoras en muchos de los métodos convencionales para el tratamiento del cáncer de próstata.

Cirugía

Los médicos están mejorando constantemente las técnicas quirúrgicas utilizadas para tratar el cáncer de próstata. El objetivo es eliminar todo el cáncer al mismo tiempo que se reduce el riesgo de complicaciones y efectos secundarios de la cirugía.

Radioterapia

Como se describió en Radioterapia para el cáncer de próstata, los avances tecnológicos están haciendo posible que la radiación se dirija con más precisión que en el pasado. Los métodos actuales, como la radioterapia conformada (CRT), la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radiación con rayos de protones ayuda a los médicos a evitar irradiar los tejidos normales tanto como sea posible. Se espera que estos métodos aumenten la eficacia de la radioterapia a la vez que reduzcan los efectos secundarios.

La tecnología está logrando que otras formas de radioterapia también sean más eficaces. Los programas nuevos de computadora permiten a los médicos planear mejor las dosis de radiación y los métodos tanto de la radiación externa como de la braquiterapia. La planificación de la braquiterapia hoy día se puede hacer incluso durante el procedimiento (intraoperatoriamente).

Tratamientos recientes para cánceres en etapas iniciales

Los investigadores actualmente están buscando formas nuevas de tratamiento para el cáncer de próstata en etapa temprana. Estos tratamientos nuevos podrían ser usados como tratamiento de primera línea o después de administrar radioterapia que no haya dado buenos resultados.

Un tratamiento conocido como ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU) destruye las células cancerosas al realizar un calentamiento intenso con rayos ultrasónicos. Este tratamiento se ha utilizado en algunos países por un tiempo, y está disponible actualmente en los Estados Unidos. Actualmente se está evaluando su seguridad y eficacia, aunque la mayoría de los médicos de los Estados Unidos considera que no ha probado ser  un tratamiento de primera línea para el cáncer de próstata.

Nutrición y cambios en el estilo de vida

Muchos estudios han analizado los posibles beneficios de nutrientes específicos (a menudo como suplementos) para ayudar a tratar el cáncer de próstata, aunque todavía ninguno ha probado claramente que sea beneficioso. Algunos compuestos en estudio incluyen extractos de granada, té verde, brócoli, cúrcuma, linaza y soya.

Un estudio encontró que los hombres que optan por no recibir tratamiento para el cáncer de próstata localizado pueden reducir el crecimiento de la enfermedad mediante cambios drásticos en el estilo de vida. En el estudio, los hombres llevaron una dieta vegetariana (sin comer carne, pescado, huevos, o productos lácteos) e hicieron ejercicios frecuentemente. Además, estos hombres participaron en grupos de apoyo y yoga. Después de un año, los hombres tuvieron en promedio una disminución ligera de sus niveles de PSA. Se desconoce si este efecto durará, ya que el informe sólo dio seguimiento a los hombres por un año. Además, es posible que el régimen sea difícil de seguir para algunos hombres.

Es importante que los hombres que estén considerando tomar cualquier tipo de suplemento nutricional, consulten primero con los miembros de su equipo de atención médica. Ellos pueden ayudarle a decidir cuáles puede utilizar con seguridad y evitar aquellos que puedan ser perjudiciales.

Terapia hormonal

En los últimos años se han desarrollado varias formas más nuevas de terapia hormonal. Algunas de estas pueden ser útiles cuando las formas convencionales de terapia hormonal ya no surten efecto.

Algunos ejemplos incluyen abiraterona (Zytiga), enzalutamida (Xtandi), y apalutamide (Erleada) que se describen en Terapia hormonal para el cáncer de próstata. En la actualidad, también se están estudiando otros medicamentos.

Los inhibidores de la 5-alfa reductasa, como la finasterida (Proscar) y dutasterida (Avodart), son medicamentos que bloquean la conversión de testosterona a la dihidrotestosterona más activa. Estos medicamentos se están estudiando para tratar el cáncer de próstata, ya sea como ayuda en la vigilancia activa, o si aumenta el nivel de PSA después de la prostatectomía.

Quimioterapia

Los estudios realizados recientemente indican que muchos medicamentos de quimioterapia pueden afectar al cáncer de próstata. Algunos de ellos, como docetaxel (Taxotere) y cabazitaxel (Jevtana), han demostrado ayudar a los hombres a vivir por más tiempo.

Los resultados de estudios extensos han mostrado que en los hombres con cáncer de próstata metastásico, administrar quimioterapia (docetaxel) más temprano en el curso de la enfermedad podría ayudarles a vivir por más tiempo.

Se están estudiando también otros medicamentos de quimioterapia nuevos y combinaciones de medicamentos.

Inmunoterapia

El objetivo de la inmunoterapia es estimular el sistema inmunitario del cuerpo para ayudar a combatir o destruir las células cancerosas.

Vacunas

Contrario a las vacunas contra las infecciones, como el sarampión y las paperas, las vacunas contra el cáncer de próstata están diseñadas para ayudar a tratar, no prevenir, el cáncer de próstata. Una de las posibles ventajas de estos tipos de tratamientos consiste en que parecen tener efectos secundarios muy limitados. Un ejemplo de este tipo de vacuna es sipuleucel-T (Provenge) que fue aprobada por la FDA (descrita en Inmunoterapia para el cáncer de próstata).

En estudios clínicos, se están probando otros tipos de vacunas para tratar el cáncer de próstata.

Inhibidores de puestos de control inmunitarios

Una característica importante del sistema inmunitario es su capacidad de evitar que él mismo ataque a otras células normales en el cuerpo. Para hacer esto, el sistema inmunitario utiliza “puestos de control” que son proteínas en las células inmunitarias que necesitan ser activadas (o desactivadas) para iniciar una respuesta inmunitaria. En ocasiones, las células cancerosas usan estos puestos de control para evitar ser atacadas por el sistema inmunitario. No obstante, los nuevos medicamentos que se dirigen a estos puestos de control tienen un futuro prometedor como tratamientos contra el cáncer.

Por ejemplo, nuevos medicamentos, como pembrolizumab (Keytruda) y nivolumab (Opdivo), ejercen su acción en la proteína PD-1 de los puestos de control inmunitarios, mientras que el medicamento atezolizumab (Tecentriq) tiene como blanco a otra proteína relacionada a PD-1:  PD-L1. Estos tipos de medicamentos han demostrado ser útiles en el tratamiento de muchos tipos de cáncer, incluyendo algunos cánceres de próstata con cambios genéticos de reparación de discordancias en el ADN (MMR) (aunque estos son infrecuentes en el cáncer de próstata). Se están realizando estudios para determinar la eficacia de estos medicamentos contra otros tipos de cáncer de próstata.

Un abordaje prometedor para el futuro podría ser combinar un inhibidor de puestos de control con otro medicamento. Por ejemplo, combinarlo con una vacuna contra el cáncer de próstata podría fortalecer la respuesta inmunitaria y ayudar a que la vacuna sea más eficaz. Otros tipos de medicamentos pueden ayudar al sistema inmunitario a reconocer mejor las células cancerosas, lo que podría ayudar a que el inhibidor del puesto de control funcione mejor.

Terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR)

En este tratamiento, las células inmunitarias llamadas células T se extraen de la sangre del paciente y se alteran en el laboratorio para que tengan receptores llamados receptores quiméricos de antígenos (CAR) en sus superficies. Estos receptores se pueden producir para que se adhieran a las proteínas de la superficie de las células de la próstata. Las células T alteradas son luego multiplicadas en el laboratorio y se regresan a la sangre del paciente Se espera que estas células puedan encontrar las células del cáncer de próstata en el cuerpo y lancen un ataque inmunitario preciso contra ellas.

Esta técnica ha mostrado algunos resultados alentadores contra el cáncer de próstata en los primeros estudios clínicos, pero se necesita más investigación para saber cuán útil puede ser. La terapia de células T con CAR para el cáncer de próstata es un tratamiento complejo con efectos secundarios potencialmente graves, y en la actualidad, solo está disponible en estudios clínicos.

Medicamentos de terapia dirigida

Se han estado desarrollando medicamentos más nuevos que atacan partes específicas de las células cancerosas o sus ambientes circundantes. Cada tipo de terapia dirigida actúa de forma diferente, aunque todas alteran la manera en que una célula cancerosa crece, se divide, se repara por sí misma, o interactúa con otras células.

Inhibidores de PARP

Algunos hombres con cáncer de próstata tienen mutaciones en los genes de la reparación del ADN (como BRCA2) que hacen que sea difícil para las células cancerosas reparar el ADN dañado. Los medicamentos llamados inhibidores de la poli-adenosina difosfato ribosa polimerasa (PARP)actúan al bloquear  una vía de reparación del ADN diferente. Las células cancerosas son más propensas a ser afectadas por estos medicamentos que las células normales.

Los inhibidores de la PARP, como olaparib, rucaparib y niraparib, han mostrado resultados alentadores en los primeros estudios de hombres con una de estas mutaciones genéticas, y estos medicamentos se están investigando en estudios clínicos más extensos.

Anticuerpos monoclonales

Estas son versiones artificiales de proteínas inmunes que pueden ser diseñadas para adherirse a objetivos muy específicos en las células cancerosas (como la proteína PSMA en las células del cáncer de próstata). En el cáncer de próstata, la mayoría de los anticuerpos monoclonales que se estudian están ligados a la quimioterapia o a pequeñas moléculas radioactivas. Se espera que una vez inyectado en el cuerpo, el anticuerpo actuará como un dispositivo de búsqueda, llevando el medicamento o  la molécula radioactiva directamente a las células cancerosas, lo que podría ayudarles a ser más eficaces. Actualmente, se están evaluando varios anticuerpos monoclonales en estudios clínicos.

Tratamiento del cáncer de próstata que se ha propagado a los huesos

Los médicos están estudiando el uso de ablación por radiofrecuencia (RFA) para ayudar a controlar el dolor en los hombres cuyo cáncer de próstata se propagó a una o más áreas en los huesos. Durante la RFA, el médico usa la tomografía computarizada (CT) o la ecografía para guiar una pequeña sonda de metal dentro del área del tumor. Una corriente de alta frecuencia pasa a través de la sonda para calentar y destruir el tumor. La RFA se ha estado usando por muchos años para tratar los tumores en otros órganos como el hígado, pero su uso para tratar el dolor en los huesos sigue siendo relativamente nuevo. Aun así, los resultados preliminares son prometedores.

Fuente: American Cancer Society

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El desarrollo y la globalización han generado impactos negativos sobre el medio ambiente y, por lo tanto, sobre nuestra salud. A pesar de que la medición a la exposición de factores contaminantes y su relación con la salud es compleja, se han realizado estudios epidemiológicos, toxicológicos y de laboratorio para estudiar este fenómeno.

Gracias a ello, se ha estimado que en los países desarrollados un 20% de las enfermedades pueden deberse a factores ambientales. Además éstos pueden causar efectos adversos a determinadas concentraciones, siendo en algunos casos concentraciones bajas.

Por un lado, las enfermedades respiratorias, el asma y las alergias se atribuyen a factores ambientales como la contaminación atmosférica y el clima. Los agentes de contaminación implicados son principalmente los óxidos de nitrógeno y azufre, las partículas finas en suspensión, los compuestos orgánicos volátiles y los hidrocarburos, mientras que en ambientes interiores destaca el humo ambiental del tabaco aumentando  el riesgo de sufrir cáncer.   

Por otro lado, los impactos del cambio climático sobre la salud son muy consistentes. En el caso de nuestro país la problemática se centra en los cambios de temperatura extremas, especialmente las olas de calor que han aumentado la mortalidad. También se encuentran riesgos por el aumento de la contaminación por PM (material particulado)O3 y vectores subtropicales que aumentan la incidencia de enfermedades como el dengue, malaria o la encefalitis.

Además, la disminución de la capa de Ozono por la contaminación atmosférica ha generado mayor exposición a la radiación ultravioleta asociada a un aumento del cáncer de piel, cataratas y alteraciones inmunitarias, mientras que las radiaciones ionizantes pueden provocar cáncer, leucemia, quemaduras y lesiones radiológicas.

Otro factor a considerar es la contaminación acústica, ya que genera trastornos auditivos, cardiovasculares, estrés y/o trastornos del sueño.

Finalmente, el agua de consumo es otro factor de riesgo. En nuestro país los brotes se han dado por el consumo de agua no potable, pero se encuentran problemas de contaminación química en origen y/o por los materiales instalados para el abastecimiento.  Los contaminantes más habituales son los nitratos, trihalometanos, plaguicidas, plomo, otros metales, arsénico, arcrilamida, cloruro de vinilo y epiclohidrina, floruro y boro.

La respuesta a los agentes ambientales varía en la población, siendo algunas personas más vulnerables que otras. La suma de varios factores puede tener graves riesgos para la salud. También hay que resaltar la relación de determinadas condiciones sociales (como la pobreza o el desempleo) con la salud.

Fuente: Instituto para la Salud Geoambiental

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Se sospecha que la dieta es un posible factor de riesgo importante para el CHC, pero solo el consumo excesivo de alcohol y ciertos alimentos contaminados con hongos (p. Ej., Nueces y especias afectadas) se han establecido como tales, según autores del estudio dirigidos por Xuehong Zhang, MD, ScD, Brigham y el Hospital de Mujeres y la Escuela de Medicina de Harvard, Boston.

Así que los investigadores volvieron su atención a otros alimentos

Se centraron en los cereales integrales y la fibra dietética, especialmente la fibra de cereales, porque se han asociado con un menor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad del hígado graso no alcohólico, todos los cuales son “factores predisponentes conocidos para el CHC”.

El equipo realizó un estudio de cohorte entre 125,455 participantes del Estudio de salud de las enfermeras y el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud y examinó la ingesta de granos enteros, sus subcomponentes (salvado y germen) y fibra dietética (cereales, frutas y vegetales). ).

Se programó que los participantes del estudio de ambas cohortes completaran cuestionarios de alimentos cada dos años. Los investigadores dividieron los sujetos del estudio en terciles según sus niveles de consumo de los alimentos del estudio.

Después de un seguimiento promedio de 24 años entre los participantes, hubo 141 pacientes identificados con CHC, que es un tipo de cáncer de muy baja incidencia. El equipo informa que el aumento en la ingesta de granos integrales se asoció significativamente con un menor riesgo de CHC (la proporción de riesgo de ingesta de tercil más alta y más baja [HR], 0.63; P = .04 para la tendencia).

Los hallazgos fueron publicados en línea el 21 de febrero de 2019, en JAMA Oncology

También se observó una asociación HCC inversa para el salvado total (HR, 0.70; P = .11 para la tendencia), pero no fue significativa. Además, el aumento en la ingesta de fibra de cereal (HR, 0.68; P = .07 para la tendencia), pero no la fibra de frutas o vegetales, se asoció con un riesgo reducido de CHC (pero tampoco fue significativo).

“Si nuestros hallazgos [son] confirmados, aumentar el consumo de granos integrales o posiblemente de fibra de cereal puede servir como una posible estrategia para la prevención primaria de HCC”, dijo Zhang en un correo electrónico a Medscape Medical News.

Medscape Medical News también le pidió a otro investigador que haya estudiado dieta y cáncer de hígado que evalúe los nuevos resultados. Lemonica Koumbi, PhD, investigadora, Hepatology and Gastroenterology, Imperial College London, Inglaterra, dijo que los resultados mostraron que un mayor consumo de granos enteros y salvado y fibra de cereales se asocia con un menor riesgo de CHC pero no con fibra de frutas o vegetales.

“Es un estudio poderoso con excelentes métodos estadísticos. Sin embargo, las asociaciones que se muestran no son muy sólidas, por lo que diría pruebas prometedoras con potencial”, dijo a Medscape Medical News en un correo electrónico.

Algunos ejemplos de estos alimentos

Nicola McKeown, PhD, epidemióloga nutricional de la Universidad de Tufts, Boston, enumeró algunos ejemplos de alimentos específicos y fáciles de comprar que los investigadores destacaron como posiblemente protectores.

Los granos integrales, dijo McKeown, quien no participó en el estudio, incluyen panes y panecillos integrales, cereales para el desayuno listos para comer, harina de avena cocida y granos cocidos como la quinoa, el arroz integral y el mijo.

La fibra de cereal también incluye cereales para el desayuno listos para comer (pero no cereales altamente procesados ​​que no contienen mucha fibra dietética) y galletas integrales. Y el salvado incluye el salvado de trigo, que es la principal fuente de salvado para la mayoría de los estadounidenses.

“Comer más granos integrales como parte de una dieta saludable en general es una buena estrategia dietética para la salud general, pero se necesita más investigación para determinar cómo los granos integrales y la fibra de cereales afectan el cáncer de hígado”, dijo McKeown en un correo electrónico a Medscape Medical News. .

El nuevo estudio es observacional

También señaló que el nuevo estudio es observacional, “por lo que no se puede inferir la causalidad”. Otros factores de estilo de vida se explicaron en los modelos estadísticos, dijo McKeown, pero es posible una confusión residual.

Koumbi ofreció una opinión sobre los posibles mecanismos que operan en los nuevos hallazgos. “Las dietas con un alto contenido de fibra, como los cereales, pueden disminuir la aparición de CHC al disminuir el apetito subjetivo y la ingesta de energía y, por lo tanto, contribuir al mantenimiento del peso corporal normal, además de ejercer efectos beneficiosos sobre el nivel de glucosa posprandial y el perfil de lípidos en la sangre”, dijo. .

Los autores del estudio esperan que se realicen más investigaciones en esta área. Ellos creen que “los estudios futuros que consideren cuidadosamente las infecciones por el virus de la hepatitis B y C son necesarios para replicar nuestros hallazgos” y deben examinar estas asociaciones “en otras poblaciones raciales / étnicas o de alto riesgo”.

Zhang comentó que los participantes en las dos cohortes utilizadas en el nuevo estudio eran en su mayoría blancos y que las infecciones de hepatitis son los factores de riesgo más importantes para el CHC, pero no eran prevalentes en la población del estudio actual.

“Aunque nuestros resultados no mostraron evidencia de la asociación diferencial de granos enteros y fibra dietética con el riesgo de HCC viral o no viral, o con el riesgo de CHC cirrótico y no cirrótico, [la] pequeña cantidad de casos de CHC “Puede limitar el poder estadístico y restringir otros análisis de interacción en estas poblaciones de alto riesgo”, explicó.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud subvenciones. Un autor del estudio informa los lazos financieros con Bayer, Janssen y Pfizer.

Autor: Nick Mulcahy

Fuente: Salud Ahora

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Ronquidos, pausas respiratorias e insomnio son algunos de los trastornos del sueño que pueden presentar las personas con obesidad. Más allá de lo incómodos que puedan ser, se trata de alteraciones del descanso que generalmente provocan otras complicaciones, por lo que es clave atenderlas a tiempo.

«En primer lugar, es importante entender que la mala calidad de sueño se asocia a la obesidad porque mientras dormimos, nuestro cuerpo secreta hormonas que influyen en la mantención del peso corporal, como la insulina y la hormona tiroidea. Por lo tanto, si se afectan nuestros horarios de sueño y vigilia, también se altera la producción de estas hormonas, favoreciendo la ganancia de peso», explica la doctora Evelyn Benavides, neuróloga del Centro del Sueño de Clínica Bupa Santiago.

De hecho, según explica la médico nutriólogo Erika Albetman, del mismo centro de salud, las personas aumentan su riesgo de obesidad hasta un 15% por cada hora menos de sueño, en comparación con quienes duermen entre 7 y 8 horas. «Esto puede deberse a los cambios metabólicos que se producen en nuestro cuerpo cuando dormimos menos horas, modificaciones del ciclo circadiano y otras causales que aún se estudian», señala la especialista.

Si no se tratan, los trastornos del sueño pueden aumentar el riesgo de desarrollar otras patologías, como hipertensión, diabetes, infartos al miocardio y ACV. «Los problemas de sueño en personas con exceso de peso también se explican por una dificultad para moverse en la noche, con disminución del intercambio gaseoso pulmonar», dice la doctora Benavides.

De acuerdo a lo que explica Erika Albetman, la obesidad puede provocar sueño de mala calidad, con múltiples despertares durante la noche, estimulando que los pacientes se levanten con una sensación de no haber descansado y estén somnolientos en el día y, por lo tanto, sin ganas de realizar actividad física o con un bajo rendimiento en las actividades del día. «Por otro lado, los despertares nocturnos pueden acompañarse de trastornos de la conducta alimentaria como, comedor nocturno, entre otros», asegura.

Detección y cambios de vida

En caso de apneas o ronquidos persistentes, las especialistas aseguran que es importante consultar. «Hay que estar atentos a síntomas como disminución de memoria, irritabilidad, baja de la libido y aumento de peso a pesar de seguir las indicaciones nutricionales. La salud debe contemplar todos los ámbitos de nuestra vida y, en este sentido, el descanso y la nutrición son puntos axiales. Una persona que duerme bien y que mantiene un buen estado nutricional será una persona más sana con un mejor desarrollo de sus actividades diurnas pero, además, con una menor probabilidad de desarrollo de enfermedad cardiovascular», señalan las expertas.

Finalmente, las especialistas subrayan la relevancia de mantener hábitos de sueño y alimentación saludables, con horarios definidos de vigilia y sueño, evitando el consumo de alcohol en la noche, y las pantallas al menos dos horas antes de dormir, privilegiando la actividad física matinal, así como la exposición a la luz solar. «El estilo de vida actual nos hace correr y dejar de lado nuestro propio cuidado, pero nunca es tarde para comenzar a cuidarse», finalizan.

Fuente: Clínica Bupa

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Con el comienzo del invierno son muchos los hábitos que debemos cambiar para proteger nuestra piel en la época que se caracteriza por tener días lluviosos, nublados y fríos, siendo nuestro rostro y manos las zonas más expuestas al este diverso clima.

Algunos de los signos más visibles de la piel en respuesta a estos factores externos, son la resequedad y aparición de grietas en zonas como los labios y nudillos, efectos que se pueden controlar siguiendo las siguientes recomendaciones.

  1. Cremas hidratantes: Su principal función es actuar como una barrera capaz de impedir la pérdida de agua. ¿Qué deben contener? Las cremas más efectivas en esta época se caracterizan por estar compuestas de glicerina, aceites vegetales, urea, lactato de sodio y silicona.
  2. Cambios de temperatura: Se debe evitar pasar bruscamente de un ambiente temperado a uno muy frío. Para esto, debemos fijarnos en que la temperatura ambiental al interior de la oficina o casa no supere los 20° y mantener una humedad de entre 40% y 60%.
  3. Humectación: Debemos aumentar su frecuencia, sobretodo en las manos, aplicando cremas o hidratantes después de cada lavado.
  4. Jabones antibacterianos: Su uso debe ser moderado, ya que causan resequedad en la piel, al igual que el alcohol gel.
  5. Limpieza diaria: La dermatóloga recomienda hacerlo con agua tibia y un jabón con PH neutro, y evitar abusar del exfoliante. En caso de tener una piel sensible, utilizar soluciones micelares.
  6. Bloqueador solar: La aplicación debe ser diaria, ya que los rayos UV son igual de peligrosos en esta época que en verano.
  7. Consumo de agua: Se deben consumir al menos 2 litros diarios, sin considerar el café ni las bebidas carbonatadas en esta porción.
  8. Ejercicio físico: Es recomendable realizarlo de forma permanente, ya que mejora la irrigación de los territorios distales de las extremidades.
  9. Humectar los labios: La aplicación de bálsamo o bloqueador solar es ideal para impedir su deshidratación. Además, es recomendable exfoliarlos una o dos veces a la semana, pasando suavemente un cepillo de dientes.
  10. Dieta equilibrada: No olvidar consumir diariamente frutas y verduras.

Fuente: Clínica Bupa

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Los adultos mayores en invierno están más expuestos a sufrir enfermedades propias de esta estación, las cuales se caracterizan por afectar el sistema respiratorio, provocando malestares como dificultad para respirar, tos o fiebre, manifestaciones a las que el adulto mayor y quienes lo rodean deben estar atentos y hacer seguimiento, para prevenir que un simple resfriado termine en un cuadro grave. 

El médico Ladislao Morell Jefe del Servicio de Urgencia de Clínica Bupa Santiago, da a conocer que entre las enfermedades que más afectan a los adultos mayores en invierno está la Gripe (también llamada enfermedad tipo Influenza por su causa más conocida) que al no ser atendida a tiempo, puede desarrollar cuadros multisistémicos que en algunos casos llegan a comprometer gravemente la salud. Otros factores que hacen recurrir a los adultos mayores a urgencia en invierno son las caídas por suelo resbaladizo, la hipotermia e intoxicaciones con monóxido de carbono, ocasionadas por el uso de estufas de combustión con inadecuada ventilación del ambiente. 

¿Cuándo debe consultar en urgencia un adulto mayor?

Hay síntomas claros ante los cuales un adulto mayor o sus familiares deben reaccionar y llevarlo a urgencia, ya que indican la necesidad de asistencia médica inmediata. El médico de Clínica Bupa Santiago, identifica estas manifestaciones a continuación:

  • Disnea o ahogo al respirar.
  • Cianosis, la cual se manifiesta a través de uñas o labios amoratados.
  • Dolor torácico o de pecho.
  • Expectoración con sangre, al toser ser observan coágulos de sangre.
  • Fiebre.
  • Compromiso de conciencia o pérdida de fuerzas.

Una vez ingresado el adulto mayor al servicio de urgencia con un cuadro grave, el jefe de este servicio indica que los procedimientos más comunes para estabilizar su salud son “administrar oxígeno según requerimientos, nebulizaciones para aliviar la obstrucción bronquial, administración de antibióticos, compensar patologías crónicas y evitar complicaciones de la enfermedad en cuestión”.

En los casos en que la enfermedad no evoluciona de manera positiva y requiera oxígeno, sufran patologías de base descompensadas o infecciones graves, el médico de Clínica Bupa Santiago indica que la recomendación es dejarlos en observación con asistencia médica constante en la clínica.

Cinco hábitos saludables para adultos mayores en invierno

Mantenernos saludables y disfrutar del invierno ¡Sí se puede! Sigue a continuación las recomendaciones del médico de Clínica Bupa Santiago, para cuidar la salud de los adultos mayores y de toda la familia:

  • Vacunación, aplicar la anual vacuna contra la Influenza es un hábito que puede previene las complicaciones de esta enfermedad.
  • Lavado de manos, el lavado de manos es primordial en familiares o cuidadores del adulto mayor  previo a su atención en la prevención de transmisión de enfermedades.
  • Evitar contaminantes intradomiciliarios como tabaco. Ventilar periódicamente sus ambientes especialmente si usan estufas de combustión.
  • Controlar las patologías crónicas diagnosticadas.
  • Consulta precoz, ante los primeros síntomas de gripe (fiebre, inapetencia, tos), se recomienda asistir a una consulta ambulatoria y de esta manera evitar las aglomeraciones en las salas de espera de urgencia.

Fuente: Clínica Bupa

Ver una serie en un día de lluvia, compartiendo una comida o picoteo, es un panorama al que pocos son capaces de negarse en invierno. En esta estación las tazas de chocolate caliente, sopaipillas y masas suelen aumentar en nuestra mesa, fenómeno que se asocia al cambio del funcionamiento de hormonas que regulan el apetito, como los glucocorticoides, pidiendo nuestro cuerpo más alimentos para no sufrir hipotermia.

“La falta de luz hace que el organismo aumente la segregación de algunas hormonas como la melatonina que es la que se encarga de hacer que disminuya la temperatura del cuerpo y que éste sienta la necesidad de ingerir mayores cantidades de alimento para aumentar el aporte calórico y así subir nuestra temperatura corporal”, comenta Carolina Espejo, nutricionista de IntegraMédica.

Porque aunque sea invierno no podemos descuidar nuestra alimentación, la especialista recomienda para los días de frío potenciar las comidas caseras por la calidad de nutrientes que entregan, capaces de fortalecer el organismo, sin provocar un déficit nutricional: “es importante comprender que existen diferentes tipos de nutrientes que componen el alimento que voy a consumir, ya que no es lo mismo consumir un pastel que un plato de estofado, la calidad de nutrientes es totalmente deficiente en el pastel”, advierte la nutricionista.

Para que nuestra alimentación siga siendo equilibrada y variada en invierno, existen muchas alternativas de guisados, sopas y tortillas que nos ayudan a generar calor, energía y consumir nutrientes que fortalecen el sistema inmunológico. Sobre el consumo de verduras en invierno, la nutricionista comenta: “consumir ensaladas en estas fechas nos da mucho más frio, pero si esas mismas verduras las guisamos o salteamos, son una excelente alternativa culinaria, combinándolas con especias y hierbas aromáticas, creando un abanico de alternativas saludables y deliciosas”.

  • Legumbres guisadas: son las preferidas del invierno por su alto aporte de carbohidratos complejos, fibra, hierro y proteínas. Los porotos, garbanzos y lentejas también ofrecen la opción de prepararlas como hamburguesas, pasteles, sopas y caldos.
  • Sopas: excelente fuente de vitaminas y minerales, las sopas y cremas de verduras naturales son una buena opción para la hora de almuerzo o cena. Entre las más populares destacan las de zapallo, tomate, verduras surtidas, champiñón, consomé de ave o vacuno. Para prepararlas de manera saludable, se recomienda usar leche descremada o crema light, potenciando su sabor con especias y hierbas aromáticas.
  • Estofados: son la mezcla perfecta de verduras y proteína, por su sabor y textura los estofados son un clásico de invierno y de la comida típica chilena como el charquicán, estofado de carne o pollo, carbonada y tomaticán.  
  • Tortillas de verduras: se caracterizan por mezclar proteínas y verduras en una exquisita preparación fácil de transportar, siendo una buena alternativa para llevar almuerzo a la oficina o colegio. Las más clásicas son de acelga, espinaca, zanahorias o papas, las cuales se deben mezclar con 3 o 6 huevos dependiendo del volumen que cada persona quiera lograr.
  • Verduras calientes: Existen muchas alternativas para preparar platos que incluyan verduras como el chapsui, ratatouille, asadas o salteadas, acompañamiento muy sabroso para acompañar otras preparaciones.

 ¡Necesito algo dulce!

En invierno más de una vez al día sentimos la necesidad de “algo dulce”, para no consumir productos que solo aportan azúcar y grasas, existen alternativas para endulzar tus preparaciones favoritas como la miel o stevia, productos que contienen vitaminas, minerales y fitonutrientes.

“Todo tipo de postre tiene una opción saludable, sin embargo si te encanta los postres de leche o masas, existen alternativas deliciosas. Es importante siempre recordar que lo importante es utilizar alimentos bajos en grasas, como lácteos descremados, reemplazar azúcar por endulzante y harinas blancas por integral”, indica la nutricionista de IntegraMédica.

Fuente: Bupa

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