What's new

Latest news

Generalmente, escuchamos sobre las famosas grasas «trans» o vemos sellos negros en los alimentos que nos alertan sobre su alto contenido de grasas saturadas. Pero, ¿sabemos lo suficiente sobre las grasas «buenas» para nuestro organismo? El doctor Andrés Sánchez, médico en nutrición de Clínica Bupa Santiago, nos explica en esta nota sobre los diferentes tipos de grasas y cómo identificarlas.

«Las grasas comestibles incluyen todos los lípidos que se encuentran en los tejidos animales y vegetales y que se ingieren como alimento. Están las popularmente llamadas grasas malas, presentes en comida chatarra o alimentos origen animal, y las grasas buenas o saludables, del grupo de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que al ser consumidas regularmente permiten cubrir los requerimientos de grasas esenciales y ayudan a prevenir enfermedades crónicas», detalla.

Según explica el especialista, las grasas saturadas, provocan efectos dañinos en la concentración de colesterol de nuestras lipoproteínas, incrementando los niveles de colesterol malo (LDL-c), depositandose en las paredes de las arterias generando placas de ateromas y en el largo plazo eventos cardiovasculares como el infarto miocárdico o los accidentes cerebrovasculares. «Por estas razones, el consumo total de ácidos grasos saturados no debería superar el 7% de la ingesta total de calorías diarias», cuenta.

Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA), en Chile solo el 5,3% de las personas lleva a cabo una alimentación saludable y hay un bajo cumplimiento de las recomendaciones de las guías alimentarias, sobre todo por bajo consumo de frutas, verduras, lácteos y pescados. «En cuanto al consumo de grasas, existe un alto consumo de carnes rojas y carnes procesadas, en comparación con un muy bajo consumo de pescado y mariscos. Para los lácteos, solo se consume la mitad de lo recomendado.

«Esto se traduce en que el mayor consumo de grasas en Chile proviene de grasas malas saturadas (52,8%), seguido después por las grasas buenas: poliinsaturadas Omega 3 y Omega 6 (25,4%) y finalmente las monoinsaturadas Omega 9 (21,8%). Estos datos confirman la mala alimentación en Chile, lo cual se refleja en los altos índices de sobrepeso y obesidad que afectan a la población», agrega Sánchez.

Grasas saludables
Existen dos ácidos grasos que los seres humanos no podemos sintetizar, llamados ácidos grasos esenciales y por lo tanto debemos ingerirlos como parte de nuestra alimentación para mantener un buen estado de salud: el ácido linoleico (Omega-6) y el ácido alfa linolénico (Omega-3). «Adicionalmente sabemos que el consumo regular de ácidos grasos monoinsaturados Omega-9 como la oliva y poliinsaturados Omega-3 EPA y DHA, provenientes del aceite de pescado, ayudan a regular la presión arterial, el ritmo cardíaco, los niveles de triglicéridos, inflamación, y la función endotelial y cardíaca».

Pero, ¿dónde los encontramos?

● Omega-9: el principal es el ácido oleico dado que es el más común en la dieta y está presente en fuentes animales y vegetales como el aceite de oliva, canola, maravilla y la palta. Consumo recomendado es de 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-6: aquí encontramos el ácido linoleico que es una de las grasas esenciales y que debemos obtener de nuestra alimentación. Se encuentran presentes en la mayoría de aceites vegetales. El consumo recomendado es 12 g/día en la mujer y 17 g/día en el hombre, esto equivale entre 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-3: se encuentra presente en aceites vegetales como la canola y soya, y semillas de linaza y chia. La ingesta recomendada es de 1,1g/día en la mujer y 1,6g/día en el hombre lo que equivale a consumir ½ cucharadita diaria.

● Ácidos grasos EPA y DHA: aunque nuestro cuerpo puede sintetizarlos, lo hacemos de manera muy insuficiente, por lo tanto se recomienda consumir Omega-3 EPA y DHA a partir de pescados grasos como el salmón, jurel, caballa, arenque y anchoa. También está presente en el aceite de algas. El consumo diario de ácidos grasos Omega-3 EPA y DHA debería ser de 250 mg diario o al menos consumir pescados grasos 2-3 veces por semana.

«En general, todos debemos preferir el consumo de las grasas buenas sobre las malas, pero especialmente deben consumirlas aquellas personas con alto riesgo cardiovascular como por ejemplo diabéticos, hipertensos, pacientes con antecedentes de arritmias cardíacas o infarto del miocardio, pacientes con dislipidemias y altos niveles de triglicéridos e incluso vegetarianos», agrega el médico en nutrición.

Fuente: Muy Saludable – Bupa

Los alimentos funcionales son aquellos alimentos o partes de los mismos que contienen sustancias que, sin ser nutrientes esenciales y necesarios para la vida (como vitaminas, minerales,  grasas y carbohidratos), consiguen prevenir enfermedades o bien atenuar síntomas de patologías ya diagnosticadas cuando son consumidos de forma regular. La mayoría de estos alimentos se encuentran en el reino vegetal, léase verduras, hortalizas, tubérculos, legumbres, cereales, frutas, aceites vegetales y semillas. 


Entre estas sustancias hay que destacar los antioxidantes. Los alimentos con antioxidantes combaten el estrés oxidativo de células y tejidos. Éste se produce por las reacciones metabólicas normales, pero se ve incrementado por el estrés y la ansiedad diarios, contaminación ambiental, elementos que se encuentra en los alimentos industriales (son usados para mejorar la patabilidad de forma que, a la vez, su consumo aumenta), el humo del tabaco, el exceso de alcohol y las grasas saturadas, entre otros. 


Todo esto puede hacer que las células mueran antes y los tejidos envejezcan más rápido. Sin embargo también pueden producir mutaciones en el ADN de la célula y desencadenar determinados tipos de tumores o enfermedades autoinmunes. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el estrés oxidativo genera una inflamación crónica en células y tejidos, siendo el origen de enfermedades cardiovasculares (infarto e ictus), diabetes y patologías neurológicas degenerativas (Alzheimer, Parkinson).


Los antioxidantes presentes en los alimentos funcionales combaten este estrés oxidativo y contrarrestar su efecto deletéreo. Entre las sustancias antioxidantes hay diferentes tipos dependiendo de su composición química. 

  • Terpenoides: los más conocidos son los carotenoides (alfa y beta caroteno), que son la proforma de la vitamina A. Se encuentran en verduras y frutas de coloro rojo, anaranjado y amarillo como la zanahoria, mango, papaya, melocotón, albaricoque, calabaza, pimiento y tomate. Un carotenoide muy conocido y con alto poder antioxidante es el licopeno, presente, principalmente, en el tomate y con una gran función protectora frente al cáncer de próstata. Otros carotenoides son las xantofilas, como la zeaxantina y xantina, que se encuentran en café, cacao y las hojas del té verde
  • Flavonoides: destacan las flavononas, isoflavonas y flavononas. Están presentes, sobre todo, en los frutos rojos como moras, frambuesas, arándanos, uvas rojas, granadas y zarzamoras y tienen la capacidad de proteger el aparato cardiovascular. Entre los flavonoides se encuentra el resveratrol, muy conocido también por sus propiedades beneficiosas para la piel y que se encuentra, principalmente, en la uva, tanto en el zumo como en el vino (siempre en cantidades moderadas)
  • Polifenolespresentes en multitud de verduras, cereales y legumbres. Tienen un efecto preventivo sobre los tumores de mama, colon, estómago, páncreas, hígado y piel. 
  • Ácidos grasos omega: cabe destacar el omega 3, que se encuentra en aceites de origen vegetal (oliva, maíz, girasol y soja). Es un gran aliado para la salud del corazón y las arterias. Además, tiene su efecto antiinflamatorio ayuda a prevenir la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas
  • Compuestos sulfurados: se encuentran, principalmente, en el ajo y la cebolla. Estos compuestos son los que le proporcionan sus característicos olor y sabor. Ayudan a prevenir la diabetes, tumores y enfermedades autoinmunes

Para obtener los efectos beneficios de estos alimentos funcionales hay que realizar un consumo constante y diario de ellos. Siempre, sin olvidar, la ingesta del resto de alimentos saludables característicos de la dieta mediterránea. 


Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

Fuente: Centro Médico – Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED)

El sistema inmunológico humano es uno de los más complejos. En los procesos inmunitarios intervienen multitud de células diferentes, enzimas y proteínas que dan lugar a múltiples reacciones químicas y procesos con el objetivo de organizar la defensa del organismo. 

También hay que incluir la influencia interna de la genética, de las hormonas, del sistema nerviosos. Y, por supuesto, hay que mencionar el efecto de factores externos ambientales, como el aire, el agua, el estrés y la alimentación. 

El sistema inmunológico además de proteger el organismo de agresores externos como son virus, bacterias, hongos, metales, partículas en suspensión, radiaciones ionizantes, también tienen una función de defensa de agresores internos como la formación de células cancerígenas y aquellos factores implicados en procesos inflamatorios

No hay que olvidar, que el sistema inmunológico también interviene en los procesos de crecimiento, desarrollo, reproducción, digestión, excreción y un largo etcétera. Es decir, está implicado en todas las funciones del organismo y los procesos adaptativos del ser humano. 

Precisamente, los alimentos pueden influir y modular la respuesta inmunológica del organismo, de forma positiva o negativa

Entre los alimentos que “agreden” el organismo se encuentran los azúcares, especialmente, los azúcares refinados industriales. El azúcar por sí mismo puede favorecer que se desarrolle una inflamación crónica de los tejidos, que terminará dañándolos y generando, por tanto, una enfermedad.

El segundo alimento negativo para el sistema inmunológico son las grasas saturadas y las grasas trans. Este tipo de grasas van a inducir un estado inflamatorio, principalmente en la pared de los vasos sanguíneos, siendo responsables en gran medida de los daños en el sistema cardiovascular, pudiendo dar lugar a infartos o ictus. Este tipo de alimentos afectan a la capacidad de defensa del sistema inmunológico favoreciendo la agresión de agentes patógenos externos. 

Este tipo de alimentos, además de afectar al sistema inmune, también afectan a la epigenética, pudiendo dar lugar a mutaciones en el núcleo de las células con el resultado de que el sistema inmunológico esté más debilitado. 

También afectan a la salud de nuestras defensas, el exceso de alcohol y de determinados aditivos alimentarios que están cada vez más presente en los alimentos de uso cotidiano. 

Por otra parte, hay alimentos que mejoran la salud del sistema inmunológico (mejorando la respuesta inmune o a través de la epigenética). En este caso tenemos que hablar de las vitaminas, destacando la vitamina C y la E, presentes en frutas, verduras y frutos secos.

Otros aliados del sistema inmunológico, son los ácidos grasos insaturados, contenidos en los pescados azules o rosados (salmón, trucha), aceites vegetales (oliva, soja, girasol, maíz). 

También hay que mencionar como refuerzos de las defensas a las isoflavonas, presentes en frutos rojos, vino, verduras (verdes, sobre todo), té verde, etc. Son poderos agentes antioxidantes que pueden corregir mutaciones y estimular las defensas del sistema inmunológico

En resumen, lo que comemos puede servir tanto para debilitar como para reforzar el sistema inmunológico, por lo que una alimentación adecuada y equilibrada va a hacer que se reduzcan las posibilidades de enfermar. 

Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas 

Fuente: Centro Médico – Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

La microbiota es el conjunto de bacterias que colonizan la piel, el aparato digestivo, incluida la boca, y el aparato genital. Estas bacterias colonizan nuestro organismo desde el vientre materno, pero fundamentalmente desde el momento del nacimiento, especialmente si éste por vía vaginal. 

La microbiota se va desarrollando a medida que avanza la vida, de forma que su composición es diferente en la infancia y adolescencia que en la vida adulta. 

La relación de la microbiota y el organismo es simbiótica: mientras que las bacterias realizan una función protectora frente a enfermedades y agentes patógenos y de ayuda en la metabolización de los alimentos ingeridos, el organismo les ofrece un lugar donde vivir. La microbiota está compuesta de 100 billones de bacterias solo en el aparato digestivo. De hecho, la microbiota ya es considerada por la ciencia como un órgano más del cuerpo, aunque en este caso adquirido. 

Funciones de la microbiota

  • Protección de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades: la microbiota es una barrera que protege al organismo, entre otras cosas, de: microorganismos patógenos, sustancias carcinógenas, metales tóxicos, químicos nocivos presentes en el ambiente y partículas de polvo y suciedad. 
  • Mantenimiento de sistema inmune: hay estudios que sugieren que hasta el 70% del sistema inmunológico depende de la microbiota. Favorece que el sistema de defensa funcione adecuadamente. 
  • Regulación del metabolismo y balance energético.
  • Digestión de alimentos: la microbiota permite digerir algunos componentes de los alimentos que el organismo no puede digerir y metabolizar por sí mismo. Por ejemplo, alimentos que generan ácidos grasos de cadena corta insaturados, que son potentes antioxidantes y ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos. 
  • Producción de vitaminas: algunas fundamentales para el mantenimiento de la salud, como son la vitamina K y la B12. 
  • Regular la secreción de neurotransmisores intestinales, insulina y péptidos fundamentales para procesos vitales

¿Qué puede alterar la microbiota y consecuencias?


Cuando se produce una alteración de la microbiota y existe un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas, el organismo se ve afectado. En la actualidad se sabe que existe un mayor riesgo de que se produzcan infecciones y se desarrollen enfermedades autoinmunes, obesidad, diabetes, algunos cánceres digestivos, fibromialgia, Parkinson, etc. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la alteración de la microbiota (disbiosis) suele generar todo tipo de molestias intestinales, dolores de cabeza y pérdida de energía. 

La alteración de la microbiota se puede producir por diferentes factores: mala alimentación, sedentarismo, estrés, contaminación ambiental, exceso y mal uso de antibióticos, etc. Sin embargo, estos factores se pueden contrarrestar con una alimentación sana y equilibrada, realización de ejercicio de manera regular, una adecuada higiene del sueño, evitando la auto y sobremedicación y realizando actividades que permitan minimizar los efectos del estrés. 

Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

Fuente: CMED

Más alla de la típica caracterización de los sonámbulos caminando dormidos y con los brazos estirados hacia adelante, lo cierto es que se trata de uno de los trastornos del sueño que debemos conocer y desmitificar, sobre todo si le ocurre a nuestros niños. Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, un 17% de los menores son sonámbulos en mayor o menor medida. Aquí, Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Bupa Santiago y especialista en Medicina del Sueño, nos cuenta cuales son sus principales síntomas.

«El sonambulismo es una enfermedad que es más común durante la niñez y suele desaparecer durante la adolescencia. Suele manifestarse entre una y dos horas después de dormirse por la noche y raramente incluye comportamientos anormales, como bajar escaleras o salir de la casa», sostiene la especialista.

Ahora bien, ¿cómo lo identificamos? De acuerdo a lo que explica la doctora Benavides, los síntomas del sonambulismo se caracterizan por:

● Levantarse y caminar.

● Abrir los ojos durante el sueño.

● Hablar dormido y decir frases inconexas y sin sentido.

● Tener expresión facial ausente.

● Tener una actitud agresiva si alguien lo despierta.

● No recordar el episodio al salir de él.

● Manifestar confusión y desorientación al despertar.

Que hacer frente a estas conductas

Lo primero, es aclarar que no es peligroso despertar a una persona que sufre de sonambulismo, por lo que si vemos a un niño en una actitud de riesgo es mejor interrumpir su sueño. «Es un mito que a los sonámbulos no se los debe despertar. No es riesgoso hacerlo. Pero más allá de eso y con el propósito de evitar lesiones, es conveniente tomar ciertas medidas de seguridad, como mover objetos, cables eléctricos o muebles, de manera de reducir riesgos de caídas, además de bloquear los accesos a las escaleras», explica la neuróloga.

Por lo general, para detectar el sonambulismo no es necesario realizar ningún tipo de examen, aunque si ocurre con frecuencia, es posible que el especialista a cargo decida recurrir a algún tipo de método diagnóstico para descartar otros trastornos, como epilepsia por ejemplo.

«En la mayoría de los casos no es preciso realizar un tratamiento para combatir el sonambulismo. En niños, es recomendable evitar que se vayan a dormir demasiado cansados, reducir factores de estrés

que puedan afectarlos y tener una buena higiene de sueño, con horarios establecidos y sin uso de pantallas por lo menos dos horas antes de acostarse», plantea la experta en sueño.

Fuente: Muy Saludable

Conoce cómo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) colaboran para ayudar a los países a aprovechar la transformación digital para el sector de la salud, luchar contra la pandemia y construir sistemas de salud resilientes.

Este septiembre se reunieron líderes de la salud de 49 países y territorios en el 59º Consejo Directivo – 73ª sesión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas. En esa oportunidad, el Presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, destacó la importancia de la colaboración del BID y la OPS para ayudar a la región a recuperarse de la pandemia y mejorar los servicios de salud, así como el papel fundamental que tiene la transformación digital del sector de la salud en mejorar la supervisión epidemiológica, facilitar el acceso y uso de los servicios a través de la telemedicina y proporcionar información para la toma de decisiones en tiempo real, entre otros.

Figura 1. Modelo basado en la confianza de la OMS y el BID

Afortunadamente, la colaboración entre el BID y la OPS se originó mucho antes de que comenzara la pandemia. La OPS y el BID han estado trabajando estrechamente para impulsar la transformación digital en la región desde 2018. Juntos hemos desarrollado una colaboración estratégica y técnica para acelerar la adopción de las intervenciones digitales en la salud y fortalecer el capital humano en América Latina y el Caribe.

Salud digital: por qué no podemos permitirnos esperar más

En la región de América Latina y el Caribe hemos enfrentado desafíos debido a la falta de sistemas de información de rutina durante la pandemia, pero también ha habido oportunidades en cuanto a los servicios digitales para mejorar la atención médica equitativa y eficiente. Nos ha impactado la resiliencia y la creatividad que han demostrado varias de nuestras contrapartes de los países durante estos tiempos difíciles. La salud digital no es simplemente algo agradable de tener en nuestro mundo actual; los sistemas de información para la salud han sido, y siguen siendo, un elemento esencial de todo sistema de la salud.

Según expresó la Dra. Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, en su discurso de apertura del Consejo Directivo de la OPS: “La pandemia de COVID-19 aceleró la necesidad de adoptar soluciones digitales rápidamente en el ámbito de la salud pública. Los sistemas de información y las soluciones digitales de salud que se encontraban accesibles y listos para usar resultaron indispensables para brindar atención en todos los niveles del sistema de salud. Asimismo, las soluciones digitales serán clave para la recuperación y la reconstrucción pospandemia y requerirán cambios sistémicos para impulsar la innovación.”

Apoyo a los países que van rumbo a la transformación digital del sector de la salud

Los países se esfuerzan por adoptar las tecnologías necesarias para aprovechar esta transformación como fuente de desarrollo; sin embargo, la falta de acceso a la infraestructura digital y a la conectividad universal es un obstáculo. La región se encuentra en una encrucijada para determinar si la transformación digital de las Américas no dejará a nadie atrás o si en cambio aumentará la brecha digital, y por ende limitará el acceso a servicios críticos sociales y de salud.

Cómo colaboran el BID y la OPS

A medida que los países se disponen a realizar inversiones esenciales para mejorar sus sistemas de información para la salud, hemos ido aprendiendo sobre la importancia crítica de los procesos dirigidos por los países y los enfoques participativos para crear hojas de ruta y agendas nacionales para la transformación digital.

A la fecha, los esfuerzos conjuntos del BID y la OPS incluyen:

  • Apoyar los procesos dirigidos por los países relativos a los presupuestos y planes estratégicos nacionales para la salud digital en ocho países. Estas hojas de ruta contienen cambios de política, objetivos claros y una visión estratégica, y representan una cartera de inversiones críticas necesarias para la región dentro de los próximos cinco a seis años.
  • Coordinar los servicios de asesoramiento técnico a los ministerios de salud para garantizar que los mensajes, las herramientas técnicas y los enfoques estén alineados y para evitar la duplicación de esfuerzos.
  • Apoyar el intercambio de conocimientos para la respuesta de salud digital al COVID-19 a través de una serie de webinars estratégicos y la publicación conjunta de quince documentos técnicos sobre asuntos cruciales como el rastreo digital de contactos y la telemedicina.
  • Actualmente, el BID y la OPS están trabajando con seis gobiernos de la región para aprender sobre la interoperabilidad transfronteriza de acuerdo con la documentación digital de los certificados de COVID-19 de la OMS (documento en idioma inglés).

El Enfoque del BID para la transformación digital del sector de la salud está alineado con los Ocho principios rectores de la transformación digital del sector de la salud y la Hoja de ruta para la transformación digital del sector de la salud en la región de las Américas de la OPS, para asegurarnos de que las agendas digitales nacionales que apoyamos sean seguras, equitativas, inclusivas y rentables.

Para poner en práctica estos principios, el BID se asegura de que sus inversiones en la transformación digital de la salud sean holísticas y sistémicas en las siguientes seis dimensiones:

  • gobernanza y gestión
  • infraestructura
  • infoestructura
  • aplicaciones digitales para la salud
  • personas y cultura
  • políticas y prácticas de salud informadas

Visión 2025 del BID sobre la transformación digital

En el BID estamos comprometidos a apoyar a la región a través de nuestra visión 2025 para reinvertir en las Américas, que destaca explícitamente la importancia de la transformación digital. Además de financiar proyectos que mejoran vidas, en el BID también consideramos el conocimiento como un instrumento fundamental para el desarrollo. Por ello, valoramos cada vez más las colaboraciones que aprovechan la experiencia y las mejores prácticas cultivadas por socios externos. Son una divisa que nos permite probar y ampliar soluciones innovadoras. Nuestra colaboración con la OPS es un claro ejemplo de la importancia de la divisa de conocimiento en nuestra región.

El futuro de las agendas digitales

A medida que avanzamos, debemos preguntarnos cómo nos aseguraremos de que estas agendas digitales sean inclusivas y equitativas, se mantengan alineadas con los objetivos, hagan un seguimiento de los avances y resuelvan los complejos problemas a los que nos enfrentamos. En el BID nos comprometemos a prestar atención a las necesidades de nuestras contrapartes, a crear espacios de colaboración entre el sector público y privado y el mundo académico y a preguntar a los ciudadanos qué necesitan para acceder a los servicios de salud que merecen.

Fuente: Gente Saludable

Realizar un diagnóstico preciso y oportuno de la demencia es solo el primer paso en un largo camino que durará años y que requerirá apoyo para la persona que vive con demencia, su familia y amigos.

En la práctica, una vez que se identifica y diagnostica la demencia generalmente se necesitan visitas de seguimiento para monitorear cómo evolucionan los síntomas en el tiempo y modificar el diagnóstico. A veces es necesario hacer una derivación a un especialista en demencia para clarificar el diagnóstico, participar de un estudio o tratar síntomas específicos. Dependiendo del tipo de demencia y de la severidad de los síntomas, puede ser necesario modificar regularmente la medicación, especialmente cuando puedan presentarse conductas agresivas, ansiedad, depresión o delirio.

Comprender y cuidar de una persona con demencia es un camino largo, estresante e intensamente emocional. Es importante que el profesional de la salud sepa, a medida que progresa la enfermedad, quién es el compañero de cuidados de la persona que vive con demencia. Al hacer esta pregunta, el médico puede ayudar a que la persona recientemente diagnosticada y su compañero de cuidados reconozcan que su relación probablemente se vaya modificando con el progreso de la enfermedad. Esto es especialmente importante debido a que muchos compañeros de cuidados informales no se reconocen como tales, lo que también puede contribuir a generar stress. Un compañero de cuidado puede ser el cónyuge, un amigo, un hijo o hija adultos u otro miembro de la familia, y puede no darse cuenta de que su papel en la vida de su ser querido tarde o temprano cambiará. El compañero de cuidado también puede tener temas de salud propios que pueden impactar el nivel de atención que esté en condiciones de proporcionar.

Una mujer adulta mayor con demencia mira una foto en blanco y negro
Camino del diágnostico de la demencia. Lee el blog haciendo clic aquí

El médico que realiza el diagnóstico debe tener en cuenta que la persona que acompaña al paciente está recibiendo noticias devastadoras sobre su ser querido. Es imperioso proveerle con la mayor cantidad posible de información en esa primera visita para asegurar que tenga las herramientas necesarias para permitir un cuidado de máxima calidad y la seguridad de la persona, además de cuidar su propia salud física, mental y financiera.

Los médicos tienen un papel para asistir a las personas con demencia y a sus compañeros de cuidados a navegar por el viaje de la demencia. Desde el momento en que una persona es diagnosticada, su camino de cuidados requerirá de la asistencia de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud y legales. La “receta de cuidados” es educación y apoyo. Todos los médicos que están en una posición de dar un diagnóstico deberían tener a mano material sobre la enfermedad y recursos para ayudar a sus pacientes y a sus compañeros de cuidado a entender a qué se enfrentan.

Lee el blog de Paola Barbarino, CEO de Alzheimer Disease International haciendo clic aquí

¿Están preparados los proveedores de salud en tu comunidad para apoyar a los compañeros de cuidados y a los familiares de personas con demencia? Por favor, déjanos tu comentario abajo

Nota: el Informe Mundial sobre el Alzheimer 2021, encargado por Alzheimer’s Disease International a la Universidad McGill en Montreal, Quebec, Canadá, está dedicado al diagnóstico de la demencia con un énfasis especial en la persona y en los compañeros de cuidado familiares que buscan la opinión de expertos sobre el declive cognitivo de sus seres queridos. El informe 2021, que ya está disponible, incluye información detallada sobre el proceso completo de evaluación diagnóstica y sobre circunstancias especiales tales como acceso limitado a recursos de salud, personas con bajo nivel educativo, cuestiones culturales, limitaciones neurosensoriales, comorbilidades múltiples y demencias de aparición temprana. Mantente atento al Informe Mundial sobre el Alzheimer 2022, titulado “Tras el diagnóstico de demencia: una receta de cuidados”.

Fuente: Gente Saludable

En la última década se ha formado una discusión en torno al efecto de las vacunas en niños, creándose mitos sobre los supuestos daños secundarios que podrían provocar las dosis que se inyectan desde los 0 a 5 años.

Ninguno de estos mitos es real ni tienen base científica. Actualmente existen campañas de vacunación vigentes contra la influenza y Covid 19, en que se ha hecho un llamado a las generaciones más jóvenes a recibir estas dosis, sobre todo la vacuna contra coronavirus ¿Se recomienda también esta vacuna para mujeres en periodo de lactancia? A continuación, el doctor Rolando Pizarro, infectólogo de IntegraMédica, da a conocer mitos y verdades sobre los efectos y beneficios de la aplicación de esta vacuna.

  • Las vacunas CONTRA EL COVID están contraindicadas durante la lactancia

Mito: La mayoría de los ensayos clínicos de ésta y otras vacunas no se hacen en embarazadas o mujeres en período de lactancia ni en niños. De allí la prudencia con que se ha indicado inicialmente la vacunación en este caso de las mujeres que están dando pecho, pero actualmente se está llamando a la colocación de la vacuna contra el Covid 19 en esta población de mujeres, especialmente a las que tienen alguna comorbilidad como hipertensión arterial o diabetes mellitus, entre otras.

  • Los beneficios de una vacuna se pueden transmitir a través de la lactancia

Verdad: La leche materna, entre otras cualidades, tiene está la capacidad de transmitir factores inmunitarios a los bebés lactantes, especialmente inmunoglobulinas IgA e IgG.

  • ¿Se recomienda a mujeres en etapa de lactancia vacunarse contra Covid 19?

Verdad: Actualmente la indicación desde las autoridades de salud basadas en estudios a nivel internacional es que las mujeres en etapa de lactancia deben vacunarse, precisamente para evitar hacer infecciones graves, teniendo en cuenta las mismas consideraciones de seguridad para la población en general.

  • Las mujeres en etapa de lactancia deben vacunarse contra influenza

Verdad: Las mujeres en etapa de lactancia está entre las que deben vacunarse contra la influenza, precisamente para evitar las graves complicaciones de esta enfermedad, con la diferencia de tiempo estandarizado con la vacuna contra el SARS COV2, esto es 14 días entre la dosis de influenza y las de Covid 19.

  • ¿Los anticuerpos que genera la madre tras la vacunación se transmiten al bebé a través de la leche?

Verdad: La mayoría de las vacunas generan anticuerpos IgM, IgG e IgA, que pueden ser transmitidos por la leche materna.

  • La leche materna una vacuna natural para el recién nacido

Mito: Hablar de la leche materna como una vacuna natural para el recién nacido es un poco excesivo. Esta leche transmite factores inmunitarios protectores contra las infecciones para las que están indicadas las vacunas prescritas. Los recién nacidos tienen un sistema inmune inmaduro, que genera defensas limitadas, por eso el aporte de la leche materna es fundamental para controlar ciertos grupos de infecciones, pero no es el equivalente a una vacuna, pues la inmunidad aportada es muy limitada en el tiempo y al cesar la lactancia, cesa también la inmunidad entregada de esta forma.

En Chile, casi un 75% de la población presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, por lo que el hígado graso es una enfermedad más frecuente de lo que se piensa. En esta nota, el doctor Cristián Cerda, gastroenterólogo de Clínica Bupa Santiago, contó por qué se produce y qué se puede hacer al respecto.

Se trata de una enfermedad bastante silenciosa, que se puede presentar a cualquier edad y que está comúnmente relacionada a pacientes con sobrepeso, diabetes y altos niveles de colesterol. Y es que el hígado graso es una patología mucho más frecuente de lo que creemos.

«Un dato en base a ecotomografias de abdomen arrojó que alrededor de un 20% de la población en Chile tiene este diagnóstico, pero probablemente la cifra real se acerque a un 30%. En el caso del grupo con obesidad y diabetes, este porcentaje es de entre un 70 a un 90% de los afectados, especialmente si hay diabetes junto con obesidad. Hoy en día, podemos decir que el hígado graso se está posicionando en nuestro país como una de las causas más importantes de cirrosis y necesidad de trasplante hepático», explica el doctor Cristián Cerda, gastroenterólogo de Clínica Bupa Santiago.

Pero, ¿de qué se trata, específicamente? Básicamente, el hígado graso se refiere a un grupo de alteraciones relacionadas con el depósito de grasa en las células del hígado. «Existen diversos factores que lo pueden producir, como el consumo desproporcionado de azúcares no refinados, otros carbohidratos como derivados de harina, el consumo de grasas saturadas y el consumo elevado de alcohol. A esto se debe agregar el sedentarismo y la insulinoresistencia como factores de riesgo. Además, hay otras condiciones médicas o patologías asociadas al hígado graso, como el síndrome de ovario poliquístico o la apnea del sueño», agrega el especialista.

En la gran mayoría de los pacientes este cuadro es asintomático y solo se diagnostica como hallazgo en una ecotomografía abdominal o por alteración en exámenes de sangre (perfil hepático) que se efectúan generalmente por otra razón clínica. «Lamentablemente, cuando aparecen síntomas relacionados con hígado graso, estos pueden deberse al desarrollo de complicaciones de la enfermedad. Entre un 10 a un 20% de ellos desarrollan una forma «inflamatoria» más agresiva, llamada Esteatohepatitis, la cual de un modo silencioso, en el transcurso de algunos años, puede ocasionar cirrosis hepática (hasta un 5% de estos pacientes)», explica el doctor Cerda.

Dieta y ejercicio

De acuerdo a los estudios que se han realizado respecto de esta enfermedad, solo el manejo en base a dieta y ejercicio ha demostrado ser eficaz en mejorar el hígado graso. «Hasta la fecha no existe tratamiento con fármacos que logren mejorar esta condición. Otro error común en los pacientes es pensar que el tratamiento dietético consiste solamente en reducir el consumo de carnes. El consumo excesivo de carbohidratos refinados y grasas saturadas (carnes rojas, cecinas y embutidos, alimentos fritos, etc) son los alimentos que deben evitarse, mientras que las carnes bajas en grasas (que aportan proteínas) y grasas no saturadas están permitidas», agrega.

Por esto, el control regular con un profesional nutricionista es altamente recomendado por los especialistas. De hecho, se estableció que el objetivo debe ser una reducción de al menos un 10% del peso corporal para conseguir cambios favorables, aún si los pacientes ya estaban presentando etapas iniciales de daño hepático al momento del diagnóstico. El ejercicio también presenta beneficios, ya que el músculo presenta una función importante en mejorar la insulinoresistencia y disminuir el contenido de grasa en el hígado.

El pasado 11 de Octubre, fue el Día Mundial Contra la Obesidad y en BHI, queremos aprovechar de contarte sobre los cálculos renales, que están muy asociado a la alimentación.

Los molestos y comunes cálculos renales son estructuras de diversos tamaños y formas que de no ser tratados a tiempo, pueden ocasionar una obstrucción de las vías urinarias, entre otras complicaciones.

El Dr. Pablo Andrés Riera Arévalo, Coordinador de Urología de Clínica Bupa Reñaca, nos cuenta el motivo por el cual se empiezan a formar piedras en el riñón y cómo la alimentación es un factor clave para prevenir su aparición

¿Por qué aparecen los cálculos renales?
El Dr. Riera Arévalo cuenta que los cálculos renales se forman cuando las sustancias que generan cristales, como el calcio, el oxalato y el ácido úrico están en concentraciones elevadas.

Algunos de los factores que influyen en su aparición son los factores genéticos, los factores ambientales y los malos hábitos alimentarios como no beber suficiente agua y consumir en exceso alimentos de proteína animal, sodio y azúcar, entre otros.

¿Cuáles son los principales síntomas de los cálculos renales?
Según el urólogo, el cólico renal es el síntoma que más frecuentemente se presenta. En el cálculo renal pequeño es posible que los síntomas sean muy leves, sin embargo, no significa que la expulsión no genere un leve dolor o ardor con orina concentrada o de color rojizo, explica el profesional.

En caso de que la piedra en los riñones sea más grande, se pueden presentar síntomas cómo dolor al orinar, sangre en orina, orina de color rosado, rojo o marrón, cólicos renales, náuseas, vómitos e incluso fiebre en caso de infección urinaria.

¿Cómo puedo prevenir los cálculos renales?
No existe una fórmula única para evitar la aparición de cálculos en los riñones, ya que cada persona forma cálculos con distintas composiciones, sin embargo, el Dr. Riera recomienda:

  • Preferir una dieta equilibrada y baja en sodio: evitar alimentos como el maní, comida procesada, soya.
  • Aumentar la ingesta de líquido: es recomendable beber entre 2 a 3 litros de agua al día.
  • Reducir la cantidad de proteína animal: especialmente de carnes rojas y embutidos.
  • Evitar el consumo de suplementos alimenticios: sobre todo aquellos concentrados de proteína utilizados para ganar masa muscular.

Relación entre la obesidad y los cálculos renales

El Dr. Pablo Riera Arévalo afirma que hay estudios que demuestran que los pacientes con sobrepeso u obesidad presentan un riesgo más elevado de litiasis renal. Esto está asociado con la resistencia a la insulina y con trastornos metabólicos que pueden conducir a la formación de cálculos renales que contienen calcio.

Fuente: Muy Saludable

Book your appointment

Call Us 2 2651 7730