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Qué es el acné

El acné es una afección crónica inflamatoria de la piel, típica de la adolescencia, que consiste en la aparición granos y espinillas. Se localiza preferentemente en la cara, el cuello, los hombros y la espalda, y pueden coexistir diversas causas del acné. El acné también se conoce como acné común o acné vulgar.

Causas del acné

En las etapas inmediatamente anteriores a la pubertad se producen en el organismo unos desequilibrios hormonales que llevan al aumento de la secreción de las glándulas sebáceas, productoras de grasa.

La estrechez de los conductos que llevan la grasa al exterior y el taponamiento de los poros, ya sea por suciedad o por condensación del propio sebo, hacen que el producto de las glándulas quede atrapado en su interior, formando abultamientos o granos.

A medida que se va produciendo mas grasa va aumentando la presión del interior del grano y se pueden producir lesiones en la piel que lo recubre, que dando la zona enrojecida. Si en este momento, bien por manipulación del grano, bien por disminución local de las defensas, se produce una infección, habrá formación de pus en el interior del poro obstruido.

Las lesiones del acné pueden abrirse al exterior de forma espontánea, dejando una cicatriz mas o menos visible, o pueden enquistarse,formando nódulos y a veces abscesos que será necesario abrir. Cuando el acné es complicado suele tener una evolución muy lenta y dejar cicatrices con retracciones y con una coloración distinta a la del resto de la piel.

Consecuencias del acné

El acné no es, en principio, una afección grave, pero puede tener una gran repercusión psicológica, sobre todo en las adolescentes, ya que se produce a una edad en la que el aspecto físico es muy importante en las relaciones sociales.

A menudo las jóvenes afectadas por el acné dejan de salir con sus compañeros y se quedan en casa, desatendiendo aun mas su cuidado personal. Los padres deben estimular a los jóvenes con acné para que sigan llevando una vida totalmente normal, y hacerles ver que los granos y espinillas son mucho más evidentes para quien los padece que para los demás.

Tratamiento del acné en casa

En primer lugar hay que evitar que la persona afectada se sienta ansiosa y su acné se convierta en una obsesión. Se le debe quitar importancia, sin hacer más comentarios sobre el tema que los estrictamente necesarios.

Algunas normas que pueden ser útiles para solucionar el acné son:

  • Llevar un régimen dietético con pocas grasas y azúcares, evitando el chocolate, el café, el té, el alcohol y otros excitantes.
  • Procurar efectuar deposiciones al menos una vez al día, pero no usar nunca laxantes sin haber consultado al médico.
  • Llevar una vida sana en general. Realizar ejercicio al aire libre, dormir las horas necesarias para la actividad que se desarrolle. Evitar las situaciones que creen tensión o ansiedad, ya que ésta es una de las causas del acné.
  • Lavar las zonas afectadas con agua caliente y jabón tres veces al día. El jabón a utilizares mejor que contenga algún antiséptico. Con estos lavados se elimina la capa de grasa que obstruye los poros.
  • Aplicar después de cada lavado lociones o cremas desengrasantes que eviten la formación degrasa.
  • Tomar el sol siempre que sea posible.
  • Realizar «limpiezas de cutis».
  • Controlar qué alimentos que se incluyen en la dieta habitual producen un incremento del acné.
  • No emplear nunca cosméticos grasos ni aceitosos para ocultar las lesiones. Lo único que hacen es entorpecer y alargar el tiempo de curación. Además, si existen lesiones abiertas, se pueden producir alergias e infecciones que vengan a complicar la afección. De nada sirve confiar en productos específicos contra el acné si no se atiende concienzudamente y a diario la higiene de las partes afectadas.
  • En ningún caso se deben apretar o reventar los granos, ya que, aparte de la posibilidad de que queden cicatrices, se pueden producir infecciones. Estas son especialmente graves si se manipulan los granos localizados en el llamado “triángulo de la muerte“, que comprende la parte inferior de la nariz y el área que rodea la boca. Esta es una zona muy rica en vasos sanguíneos que desde allí pasan luego hacia el cerebro. Si la infección pasa a la sangre, se pueden provocar infecciones meníngeas o del cerebro.

El consumo de grasas y azúcares es una de las  principales causas del acné, cuya eliminación pasa necesariamente por la adopción de una dieta equilibrada. Evitar tensiones en la vida cotidiana y practicar algún tipo de ejercicio moderado al aire libre será también de mucha ayuda para el proceso curativo. En la ilustración inferior puede observarse la secuencia de hipertrofia de una glándula sebácea.

Causas del Acné y Tratamiento en Casa
Acné. Secuencia de hipertrofia de una glándula sebácea.

La constancia, factor decisivo en el tratamiento de acné

La mayoría de los jóvenes con acné prueban grandes cantidades de cremas, lociones y pomadas, esperando que éste desaparezca en unos días. El problema es que después, por falta de constancia, suelen abandonar los tratamientos iniciados. Hay que hacerles saber que las lesiones del acné no pueden desaparecer en unos días, y a veces no desaparecen en semanas o meses, pero no se deben abandonar los tratamientos, ya que la constancia y la paciencia son las mejores armas en la lucha contra esta afección.
Por otra parte, existen otros factores que pueden ser parte de las causas del acné, como el estreñimiento o los desequilibrios en las dietas, que favorecen la aparición y la persistencia del acné, y que habrá que tener en cuenta.

Fuente: Salud Ahora

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Por todo el mundo, la dermatitis atópica afecta a hombres y mujeres por igual. Se estima que entre un dos y un cinco por ciento de la población sufren de esta molestia que, aunque no resulta grave, puede ser un auténtico incordio.

Sus causas son muchas y diversas. Y, aunque tratarla no es fácil, podemos intentar mitigar algunos de sus efectos gracias a la prevención. Hoy hablamos de este problema, de sus síntomas y de mucho más.

¿Qué es la dermatitis atópica y qué síntomas la acompañan?

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica. Esto quiere decir que vuelve cada cierto tiempo provocando una irritación e inflamación y un prurito: picor intenso. Suele darse en las superficies flexoras de codos y rodillas, en el cuero cabelludo, en la cara y en el torso.

Además de la propia dermatitis, también pueden ocurrir otros problemas relacionados directa o indirectamente. La dermatitis atópica aparece con un ligero picor e irritación que aumentan de intensidad en poco tiempo. Pueden aparecer ampollas y costras que llegan a supurar.

En algunos casos más violentos aparecen erupciones cutáneas más extendidas. Con el tiempo aparecen áreas de piel más curtidas debido a los problemas de irritación. También es común la excoriación, o dejar la piel en carne viva, como resultado de la irritación.

Si la dermatitis atópica se padece mucho tiempo, podrían aparecer zonas gruesas o coríaceas debido al intenso rascado e irritación, y como parte de una respuesta excesiva de la piel. No se conocen casos mucho más graves, aunque la intensidad de la dermatitis es muy variable y puede ser bastante molesta.

¿Por qué aparece la dermatitis atópica?

En realidad, los factores que dan origen a esta enfermedad no quedan del todo claros. No hay una causa exacta y existen varias hipótesis sobre su aparición. Entre ellas se consideran tres factores importantes: el genético, el inmunitario y el ambiental.

En una gran mayoría de pacientes existen antecedentes familiares de dermatitis y otras manifestaciones de atopía (alergias y patologías asociadas a la dermatitis). Esto hace pensar que existe un componente genético transmitido. Aunque se han observado varias moléculas relacionadas, no se ha aislado un gen concreto o un mecanismo molecular que lo explique con exactitud.

Por otro lado, el sistema inmunitario es el encargado de producir los efectos que se observan en la dermatitis atópica. También se ha observado la colonización de bacterias como Streptococcus aureus en los casos de dermatitis atópica, entre otros microorganismos. Las pruebas moleculares hacen suponer que el sistema inmunitario es un gran actor dentro de la dermatitis.

También se puede asociar a una manifestación alérgica, lo que explica muchos de los síntomas y su etiología. Esto también puede vincularse a los trastornos relacionados con el gluten. En definitiva, no tenemos una causa clara o concisa de la manifestación de la enfermedad. Lo que sí que sabemos con total seguridad es que existe un mito muy extendido: que la dermatitis aparece con los nervios y el estrés. Si bien puede que el estrés ayude a desencadenar una reacción más intensa, no existen evidencias de esta afirmación.

¿Cómo debes cuidarte?

Existen dos formas de encarar el problema. En primer lugar, el tratamiento busca reducir los síntomas inmediatos: el picor, la hinchazón, las heridas… Para ello podemos emplear cuidados cosméticos convencionales. Estos consisten en aplicar cremas y lociones hidratantes que ayuden al cuidado de la piel.

En el caso de una gran intensidad, el especialista podría recomendar cremas con corticoesteróides cuya finalidad es reducir la inflamación y la hinchazón. Estas cremas, y otras analgésicas, solo deben utilizarse bajo supervisión médica. En otros casos, los fármacos inmunosupresores, como el tacrolimus y el pimecrolimus han demostrado ser eficientes para reducir los síntomas. Huelga decir que estas sustancias también se usan solo bajo supervisión médica.

Para prevenir, y reducir los episodios y su intensidad, es bueno adoptar varias estrategias. Por ejemplo, la dieta puede ser una gran aliada contra este problema: según el caso, podría verse un beneficio al reducir el gluten u otras sustancias que despiertan una reacción inmunitaria. Se han descrito numerosos casos de dermatitis atópica disparada por la hipersensibilidad alimentaria, aunque cada caso es completamente distinto y no existen patrones concretos.

Para poder determinar estos cuadros es imprescindible acudir a un especialista. Evitar sustancias abrasivas, rasguños, una exposición intensa al sol, mantener la piel en situación de humedad y otros aspectos que podrían dañar la piel y permitir la invasión de agentes externos es muy importante, también.

Además, existen algunos estudios que han comprobado la eficacia de una dieta rica en ácido eicosapentanoico, un ácido graso que se encuentra principalmente en los aceites de pescado, en las sardinas, el salmón, la spirulina y otros alimentos. Por lo demás, solo el cuidado inmediato, una buena higiene, pero sin ser excesiva, y el uso de cremas hidratantes nos ayudarán a prevenir los episodios más intensos.

Fuente: Salud Ahora

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Según los últimos datos aportados por ONUSIDA, se estima que en Chile existen 77.000 personas viviendo con VIH, el virus que daña el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Asimismo, y de acuerdo a datos del Instituto de Salud Pública, en 2020 se registraron un total de 4.446 casos nuevos en el país y entre enero y junio de 2021, unos 2.390. «Si bien es probable que en el contexto de pandemia se hayan pesquisado menos casos, es una enfermedad que se ha mantenido en alza en Chile y el mundo, donde nuestro país ha sido uno de los que mayor incremento ha presentado en los últimos años. Los nuevos casos son principalmente en población joven entre los 20-39 años, de predominio masculino», explica Beatriz Cerda, inmunóloga de Clínica Bupa Santiago.

Por mucho tiempo, el VIH ha sido una enfermedad rodeada de prejuicios y con un fuerte estigma social, fundado en gran parte en el desconocimiento de sus causas y desarrollo. Frente a esto, la doctora Cerda nos aclara los principales mitos asociados a esta patología y cómo prevenir su contagio:

Principales mitos

1. «El VIH puede transmitirse a través de un beso, compartir cubiertos o en el baño»: Falso. Las únicas formas de contagio a través de fluidos son la sangre, semen, fluidos genitales o rectales y leche materna.

2. «El VIH es lo mismo que SIDA»: Esto es falso, pues el Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la etapa avanzada de la infección por VIH. Ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo está muy dañado por el virus, donde existe un gran deterioro del sistema inmune que predispone a múltiples infecciones y otras patologías. No todas las personas con VIH desarrollan Sida. Con tratamiento adecuado y pesquisa a tiempo, la gran mayoría de los pacientes presentan un buen control y nunca alcanzan tal etapa.

3. «Si estoy en una relación estable no tengo riesgo de contagiarme»: Falso. Todos tenemos riesgo de contagio.

4. «Todas las personas con VIH transmiten el virus»: No. Si se sigue un tratamiento adecuado, la carga viral del virus circulante se vuelve indetectable, lo que es equivalente a intransmisible.

5. «Las personas que viven con VIH van a transmitir la enfermedad a sus hijos»: Una mujer a quien se diagnostica durante el embarazo y recibe tratamiento a tiempo, puede tener un hijo totalmente sano. Asimismo, una pareja donde ambos son seropositivos y con carga viral indetectable tendrá un hijo VIH negativo.

6. «Solo afecta a la población homosexual»: No. Cualquier persona que mantenga relaciones sexuales sin protección puede contagiarse.

7. «Es una enfermedad que tiene cura»: No. Hasta el momento no existe una cura, sin embargo, los medicamentos actuales permiten que sea una patología controlada y crónica.

Factores de riesgo

Es importante tener en consideración los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de contagio. «Además de tener relaciones sexuales sin preservativo, contar con otra infección de transmisión sexual es un considerable factor de riesgo, como también realizar procedimientos que impliquen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado, compartir el uso de jeringas o consumir alcohol y drogas, ya que la alteración de la capacidad de razonamiento aumenta las conductas riesgosas», detalla la especialista. Respecto a cómo prevenir el contagio del virus, el uso del preservativo sigue siendo lo más efectivo.

Un avance considerable

Si comparamos el escenario del VIH en Chile hoy respecto al que existía hace 10 o 20 años atrás, se observa un notable cambio en cuanto al acceso a un diagnóstico oportuno y la mejora de los tratamientos disponibles. «Hoy en día, los pacientes usan una sola pastilla, que contiene todos los componentes de su terapia y presentan menos efectos adversos. Hace dos décadas, teníamos pacientes usando muchos comprimidos y con terapias que generaban muchos efectos secundarios, que ya no observamos. Vemos que la expectativa de vida se ha alargado significativamente y, por lo mismo, cada vez nos encontramos con más pacientes para quienes su problema actual ya no es el virus, sino la hipertensión arterial, diabetes u otras alteraciones metabólicas.

Sin embargo, aún es necesario continuar con los avances, sobre todo en términos de educación y conocimiento del virus. «A pesar de las mejoras, aún estamos en deuda con el estigma social que, si bien ha disminuido, todavía se mantiene», agrega la doctora Beatriz Cerda.

Fuente: Muy Saludable

Generalmente, escuchamos sobre las famosas grasas «trans» o vemos sellos negros en los alimentos que nos alertan sobre su alto contenido de grasas saturadas. Pero, ¿sabemos lo suficiente sobre las grasas «buenas» para nuestro organismo? El doctor Andrés Sánchez, médico en nutrición de Clínica Bupa Santiago, nos explica en esta nota sobre los diferentes tipos de grasas y cómo identificarlas.

«Las grasas comestibles incluyen todos los lípidos que se encuentran en los tejidos animales y vegetales y que se ingieren como alimento. Están las popularmente llamadas grasas malas, presentes en comida chatarra o alimentos origen animal, y las grasas buenas o saludables, del grupo de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que al ser consumidas regularmente permiten cubrir los requerimientos de grasas esenciales y ayudan a prevenir enfermedades crónicas», detalla.

Según explica el especialista, las grasas saturadas, provocan efectos dañinos en la concentración de colesterol de nuestras lipoproteínas, incrementando los niveles de colesterol malo (LDL-c), depositandose en las paredes de las arterias generando placas de ateromas y en el largo plazo eventos cardiovasculares como el infarto miocárdico o los accidentes cerebrovasculares. «Por estas razones, el consumo total de ácidos grasos saturados no debería superar el 7% de la ingesta total de calorías diarias», cuenta.

Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA), en Chile solo el 5,3% de las personas lleva a cabo una alimentación saludable y hay un bajo cumplimiento de las recomendaciones de las guías alimentarias, sobre todo por bajo consumo de frutas, verduras, lácteos y pescados. «En cuanto al consumo de grasas, existe un alto consumo de carnes rojas y carnes procesadas, en comparación con un muy bajo consumo de pescado y mariscos. Para los lácteos, solo se consume la mitad de lo recomendado.

«Esto se traduce en que el mayor consumo de grasas en Chile proviene de grasas malas saturadas (52,8%), seguido después por las grasas buenas: poliinsaturadas Omega 3 y Omega 6 (25,4%) y finalmente las monoinsaturadas Omega 9 (21,8%). Estos datos confirman la mala alimentación en Chile, lo cual se refleja en los altos índices de sobrepeso y obesidad que afectan a la población», agrega Sánchez.

Grasas saludables
Existen dos ácidos grasos que los seres humanos no podemos sintetizar, llamados ácidos grasos esenciales y por lo tanto debemos ingerirlos como parte de nuestra alimentación para mantener un buen estado de salud: el ácido linoleico (Omega-6) y el ácido alfa linolénico (Omega-3). «Adicionalmente sabemos que el consumo regular de ácidos grasos monoinsaturados Omega-9 como la oliva y poliinsaturados Omega-3 EPA y DHA, provenientes del aceite de pescado, ayudan a regular la presión arterial, el ritmo cardíaco, los niveles de triglicéridos, inflamación, y la función endotelial y cardíaca».

Pero, ¿dónde los encontramos?

● Omega-9: el principal es el ácido oleico dado que es el más común en la dieta y está presente en fuentes animales y vegetales como el aceite de oliva, canola, maravilla y la palta. Consumo recomendado es de 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-6: aquí encontramos el ácido linoleico que es una de las grasas esenciales y que debemos obtener de nuestra alimentación. Se encuentran presentes en la mayoría de aceites vegetales. El consumo recomendado es 12 g/día en la mujer y 17 g/día en el hombre, esto equivale entre 1-2 cucharadas diarias.

● Omega-3: se encuentra presente en aceites vegetales como la canola y soya, y semillas de linaza y chia. La ingesta recomendada es de 1,1g/día en la mujer y 1,6g/día en el hombre lo que equivale a consumir ½ cucharadita diaria.

● Ácidos grasos EPA y DHA: aunque nuestro cuerpo puede sintetizarlos, lo hacemos de manera muy insuficiente, por lo tanto se recomienda consumir Omega-3 EPA y DHA a partir de pescados grasos como el salmón, jurel, caballa, arenque y anchoa. También está presente en el aceite de algas. El consumo diario de ácidos grasos Omega-3 EPA y DHA debería ser de 250 mg diario o al menos consumir pescados grasos 2-3 veces por semana.

«En general, todos debemos preferir el consumo de las grasas buenas sobre las malas, pero especialmente deben consumirlas aquellas personas con alto riesgo cardiovascular como por ejemplo diabéticos, hipertensos, pacientes con antecedentes de arritmias cardíacas o infarto del miocardio, pacientes con dislipidemias y altos niveles de triglicéridos e incluso vegetarianos», agrega el médico en nutrición.

Fuente: Muy Saludable – Bupa

La microbiota es el conjunto de bacterias que colonizan la piel, el aparato digestivo, incluida la boca, y el aparato genital. Estas bacterias colonizan nuestro organismo desde el vientre materno, pero fundamentalmente desde el momento del nacimiento, especialmente si éste por vía vaginal. 

La microbiota se va desarrollando a medida que avanza la vida, de forma que su composición es diferente en la infancia y adolescencia que en la vida adulta. 

La relación de la microbiota y el organismo es simbiótica: mientras que las bacterias realizan una función protectora frente a enfermedades y agentes patógenos y de ayuda en la metabolización de los alimentos ingeridos, el organismo les ofrece un lugar donde vivir. La microbiota está compuesta de 100 billones de bacterias solo en el aparato digestivo. De hecho, la microbiota ya es considerada por la ciencia como un órgano más del cuerpo, aunque en este caso adquirido. 

Funciones de la microbiota

  • Protección de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades: la microbiota es una barrera que protege al organismo, entre otras cosas, de: microorganismos patógenos, sustancias carcinógenas, metales tóxicos, químicos nocivos presentes en el ambiente y partículas de polvo y suciedad. 
  • Mantenimiento de sistema inmune: hay estudios que sugieren que hasta el 70% del sistema inmunológico depende de la microbiota. Favorece que el sistema de defensa funcione adecuadamente. 
  • Regulación del metabolismo y balance energético.
  • Digestión de alimentos: la microbiota permite digerir algunos componentes de los alimentos que el organismo no puede digerir y metabolizar por sí mismo. Por ejemplo, alimentos que generan ácidos grasos de cadena corta insaturados, que son potentes antioxidantes y ayudan a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos. 
  • Producción de vitaminas: algunas fundamentales para el mantenimiento de la salud, como son la vitamina K y la B12. 
  • Regular la secreción de neurotransmisores intestinales, insulina y péptidos fundamentales para procesos vitales

¿Qué puede alterar la microbiota y consecuencias?


Cuando se produce una alteración de la microbiota y existe un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas, el organismo se ve afectado. En la actualidad se sabe que existe un mayor riesgo de que se produzcan infecciones y se desarrollen enfermedades autoinmunes, obesidad, diabetes, algunos cánceres digestivos, fibromialgia, Parkinson, etc. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la alteración de la microbiota (disbiosis) suele generar todo tipo de molestias intestinales, dolores de cabeza y pérdida de energía. 

La alteración de la microbiota se puede producir por diferentes factores: mala alimentación, sedentarismo, estrés, contaminación ambiental, exceso y mal uso de antibióticos, etc. Sin embargo, estos factores se pueden contrarrestar con una alimentación sana y equilibrada, realización de ejercicio de manera regular, una adecuada higiene del sueño, evitando la auto y sobremedicación y realizando actividades que permitan minimizar los efectos del estrés. 

Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas

Fuente: CMED

Más alla de la típica caracterización de los sonámbulos caminando dormidos y con los brazos estirados hacia adelante, lo cierto es que se trata de uno de los trastornos del sueño que debemos conocer y desmitificar, sobre todo si le ocurre a nuestros niños. Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, un 17% de los menores son sonámbulos en mayor o menor medida. Aquí, Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Bupa Santiago y especialista en Medicina del Sueño, nos cuenta cuales son sus principales síntomas.

«El sonambulismo es una enfermedad que es más común durante la niñez y suele desaparecer durante la adolescencia. Suele manifestarse entre una y dos horas después de dormirse por la noche y raramente incluye comportamientos anormales, como bajar escaleras o salir de la casa», sostiene la especialista.

Ahora bien, ¿cómo lo identificamos? De acuerdo a lo que explica la doctora Benavides, los síntomas del sonambulismo se caracterizan por:

● Levantarse y caminar.

● Abrir los ojos durante el sueño.

● Hablar dormido y decir frases inconexas y sin sentido.

● Tener expresión facial ausente.

● Tener una actitud agresiva si alguien lo despierta.

● No recordar el episodio al salir de él.

● Manifestar confusión y desorientación al despertar.

Que hacer frente a estas conductas

Lo primero, es aclarar que no es peligroso despertar a una persona que sufre de sonambulismo, por lo que si vemos a un niño en una actitud de riesgo es mejor interrumpir su sueño. «Es un mito que a los sonámbulos no se los debe despertar. No es riesgoso hacerlo. Pero más allá de eso y con el propósito de evitar lesiones, es conveniente tomar ciertas medidas de seguridad, como mover objetos, cables eléctricos o muebles, de manera de reducir riesgos de caídas, además de bloquear los accesos a las escaleras», explica la neuróloga.

Por lo general, para detectar el sonambulismo no es necesario realizar ningún tipo de examen, aunque si ocurre con frecuencia, es posible que el especialista a cargo decida recurrir a algún tipo de método diagnóstico para descartar otros trastornos, como epilepsia por ejemplo.

«En la mayoría de los casos no es preciso realizar un tratamiento para combatir el sonambulismo. En niños, es recomendable evitar que se vayan a dormir demasiado cansados, reducir factores de estrés

que puedan afectarlos y tener una buena higiene de sueño, con horarios establecidos y sin uso de pantallas por lo menos dos horas antes de acostarse», plantea la experta en sueño.

Fuente: Muy Saludable

Conoce cómo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) colaboran para ayudar a los países a aprovechar la transformación digital para el sector de la salud, luchar contra la pandemia y construir sistemas de salud resilientes.

Este septiembre se reunieron líderes de la salud de 49 países y territorios en el 59º Consejo Directivo – 73ª sesión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud para las Américas. En esa oportunidad, el Presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, destacó la importancia de la colaboración del BID y la OPS para ayudar a la región a recuperarse de la pandemia y mejorar los servicios de salud, así como el papel fundamental que tiene la transformación digital del sector de la salud en mejorar la supervisión epidemiológica, facilitar el acceso y uso de los servicios a través de la telemedicina y proporcionar información para la toma de decisiones en tiempo real, entre otros.

Figura 1. Modelo basado en la confianza de la OMS y el BID

Afortunadamente, la colaboración entre el BID y la OPS se originó mucho antes de que comenzara la pandemia. La OPS y el BID han estado trabajando estrechamente para impulsar la transformación digital en la región desde 2018. Juntos hemos desarrollado una colaboración estratégica y técnica para acelerar la adopción de las intervenciones digitales en la salud y fortalecer el capital humano en América Latina y el Caribe.

Salud digital: por qué no podemos permitirnos esperar más

En la región de América Latina y el Caribe hemos enfrentado desafíos debido a la falta de sistemas de información de rutina durante la pandemia, pero también ha habido oportunidades en cuanto a los servicios digitales para mejorar la atención médica equitativa y eficiente. Nos ha impactado la resiliencia y la creatividad que han demostrado varias de nuestras contrapartes de los países durante estos tiempos difíciles. La salud digital no es simplemente algo agradable de tener en nuestro mundo actual; los sistemas de información para la salud han sido, y siguen siendo, un elemento esencial de todo sistema de la salud.

Según expresó la Dra. Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, en su discurso de apertura del Consejo Directivo de la OPS: “La pandemia de COVID-19 aceleró la necesidad de adoptar soluciones digitales rápidamente en el ámbito de la salud pública. Los sistemas de información y las soluciones digitales de salud que se encontraban accesibles y listos para usar resultaron indispensables para brindar atención en todos los niveles del sistema de salud. Asimismo, las soluciones digitales serán clave para la recuperación y la reconstrucción pospandemia y requerirán cambios sistémicos para impulsar la innovación.”

Apoyo a los países que van rumbo a la transformación digital del sector de la salud

Los países se esfuerzan por adoptar las tecnologías necesarias para aprovechar esta transformación como fuente de desarrollo; sin embargo, la falta de acceso a la infraestructura digital y a la conectividad universal es un obstáculo. La región se encuentra en una encrucijada para determinar si la transformación digital de las Américas no dejará a nadie atrás o si en cambio aumentará la brecha digital, y por ende limitará el acceso a servicios críticos sociales y de salud.

Cómo colaboran el BID y la OPS

A medida que los países se disponen a realizar inversiones esenciales para mejorar sus sistemas de información para la salud, hemos ido aprendiendo sobre la importancia crítica de los procesos dirigidos por los países y los enfoques participativos para crear hojas de ruta y agendas nacionales para la transformación digital.

A la fecha, los esfuerzos conjuntos del BID y la OPS incluyen:

  • Apoyar los procesos dirigidos por los países relativos a los presupuestos y planes estratégicos nacionales para la salud digital en ocho países. Estas hojas de ruta contienen cambios de política, objetivos claros y una visión estratégica, y representan una cartera de inversiones críticas necesarias para la región dentro de los próximos cinco a seis años.
  • Coordinar los servicios de asesoramiento técnico a los ministerios de salud para garantizar que los mensajes, las herramientas técnicas y los enfoques estén alineados y para evitar la duplicación de esfuerzos.
  • Apoyar el intercambio de conocimientos para la respuesta de salud digital al COVID-19 a través de una serie de webinars estratégicos y la publicación conjunta de quince documentos técnicos sobre asuntos cruciales como el rastreo digital de contactos y la telemedicina.
  • Actualmente, el BID y la OPS están trabajando con seis gobiernos de la región para aprender sobre la interoperabilidad transfronteriza de acuerdo con la documentación digital de los certificados de COVID-19 de la OMS (documento en idioma inglés).

El Enfoque del BID para la transformación digital del sector de la salud está alineado con los Ocho principios rectores de la transformación digital del sector de la salud y la Hoja de ruta para la transformación digital del sector de la salud en la región de las Américas de la OPS, para asegurarnos de que las agendas digitales nacionales que apoyamos sean seguras, equitativas, inclusivas y rentables.

Para poner en práctica estos principios, el BID se asegura de que sus inversiones en la transformación digital de la salud sean holísticas y sistémicas en las siguientes seis dimensiones:

  • gobernanza y gestión
  • infraestructura
  • infoestructura
  • aplicaciones digitales para la salud
  • personas y cultura
  • políticas y prácticas de salud informadas

Visión 2025 del BID sobre la transformación digital

En el BID estamos comprometidos a apoyar a la región a través de nuestra visión 2025 para reinvertir en las Américas, que destaca explícitamente la importancia de la transformación digital. Además de financiar proyectos que mejoran vidas, en el BID también consideramos el conocimiento como un instrumento fundamental para el desarrollo. Por ello, valoramos cada vez más las colaboraciones que aprovechan la experiencia y las mejores prácticas cultivadas por socios externos. Son una divisa que nos permite probar y ampliar soluciones innovadoras. Nuestra colaboración con la OPS es un claro ejemplo de la importancia de la divisa de conocimiento en nuestra región.

El futuro de las agendas digitales

A medida que avanzamos, debemos preguntarnos cómo nos aseguraremos de que estas agendas digitales sean inclusivas y equitativas, se mantengan alineadas con los objetivos, hagan un seguimiento de los avances y resuelvan los complejos problemas a los que nos enfrentamos. En el BID nos comprometemos a prestar atención a las necesidades de nuestras contrapartes, a crear espacios de colaboración entre el sector público y privado y el mundo académico y a preguntar a los ciudadanos qué necesitan para acceder a los servicios de salud que merecen.

Fuente: Gente Saludable

En Chile, casi un 75% de la población presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, por lo que el hígado graso es una enfermedad más frecuente de lo que se piensa. En esta nota, el doctor Cristián Cerda, gastroenterólogo de Clínica Bupa Santiago, contó por qué se produce y qué se puede hacer al respecto.

Se trata de una enfermedad bastante silenciosa, que se puede presentar a cualquier edad y que está comúnmente relacionada a pacientes con sobrepeso, diabetes y altos niveles de colesterol. Y es que el hígado graso es una patología mucho más frecuente de lo que creemos.

«Un dato en base a ecotomografias de abdomen arrojó que alrededor de un 20% de la población en Chile tiene este diagnóstico, pero probablemente la cifra real se acerque a un 30%. En el caso del grupo con obesidad y diabetes, este porcentaje es de entre un 70 a un 90% de los afectados, especialmente si hay diabetes junto con obesidad. Hoy en día, podemos decir que el hígado graso se está posicionando en nuestro país como una de las causas más importantes de cirrosis y necesidad de trasplante hepático», explica el doctor Cristián Cerda, gastroenterólogo de Clínica Bupa Santiago.

Pero, ¿de qué se trata, específicamente? Básicamente, el hígado graso se refiere a un grupo de alteraciones relacionadas con el depósito de grasa en las células del hígado. «Existen diversos factores que lo pueden producir, como el consumo desproporcionado de azúcares no refinados, otros carbohidratos como derivados de harina, el consumo de grasas saturadas y el consumo elevado de alcohol. A esto se debe agregar el sedentarismo y la insulinoresistencia como factores de riesgo. Además, hay otras condiciones médicas o patologías asociadas al hígado graso, como el síndrome de ovario poliquístico o la apnea del sueño», agrega el especialista.

En la gran mayoría de los pacientes este cuadro es asintomático y solo se diagnostica como hallazgo en una ecotomografía abdominal o por alteración en exámenes de sangre (perfil hepático) que se efectúan generalmente por otra razón clínica. «Lamentablemente, cuando aparecen síntomas relacionados con hígado graso, estos pueden deberse al desarrollo de complicaciones de la enfermedad. Entre un 10 a un 20% de ellos desarrollan una forma «inflamatoria» más agresiva, llamada Esteatohepatitis, la cual de un modo silencioso, en el transcurso de algunos años, puede ocasionar cirrosis hepática (hasta un 5% de estos pacientes)», explica el doctor Cerda.

Dieta y ejercicio

De acuerdo a los estudios que se han realizado respecto de esta enfermedad, solo el manejo en base a dieta y ejercicio ha demostrado ser eficaz en mejorar el hígado graso. «Hasta la fecha no existe tratamiento con fármacos que logren mejorar esta condición. Otro error común en los pacientes es pensar que el tratamiento dietético consiste solamente en reducir el consumo de carnes. El consumo excesivo de carbohidratos refinados y grasas saturadas (carnes rojas, cecinas y embutidos, alimentos fritos, etc) son los alimentos que deben evitarse, mientras que las carnes bajas en grasas (que aportan proteínas) y grasas no saturadas están permitidas», agrega.

Por esto, el control regular con un profesional nutricionista es altamente recomendado por los especialistas. De hecho, se estableció que el objetivo debe ser una reducción de al menos un 10% del peso corporal para conseguir cambios favorables, aún si los pacientes ya estaban presentando etapas iniciales de daño hepático al momento del diagnóstico. El ejercicio también presenta beneficios, ya que el músculo presenta una función importante en mejorar la insulinoresistencia y disminuir el contenido de grasa en el hígado.

El pasado 11 de Octubre, fue el Día Mundial Contra la Obesidad y en BHI, queremos aprovechar de contarte sobre los cálculos renales, que están muy asociado a la alimentación.

Los molestos y comunes cálculos renales son estructuras de diversos tamaños y formas que de no ser tratados a tiempo, pueden ocasionar una obstrucción de las vías urinarias, entre otras complicaciones.

El Dr. Pablo Andrés Riera Arévalo, Coordinador de Urología de Clínica Bupa Reñaca, nos cuenta el motivo por el cual se empiezan a formar piedras en el riñón y cómo la alimentación es un factor clave para prevenir su aparición

¿Por qué aparecen los cálculos renales?
El Dr. Riera Arévalo cuenta que los cálculos renales se forman cuando las sustancias que generan cristales, como el calcio, el oxalato y el ácido úrico están en concentraciones elevadas.

Algunos de los factores que influyen en su aparición son los factores genéticos, los factores ambientales y los malos hábitos alimentarios como no beber suficiente agua y consumir en exceso alimentos de proteína animal, sodio y azúcar, entre otros.

¿Cuáles son los principales síntomas de los cálculos renales?
Según el urólogo, el cólico renal es el síntoma que más frecuentemente se presenta. En el cálculo renal pequeño es posible que los síntomas sean muy leves, sin embargo, no significa que la expulsión no genere un leve dolor o ardor con orina concentrada o de color rojizo, explica el profesional.

En caso de que la piedra en los riñones sea más grande, se pueden presentar síntomas cómo dolor al orinar, sangre en orina, orina de color rosado, rojo o marrón, cólicos renales, náuseas, vómitos e incluso fiebre en caso de infección urinaria.

¿Cómo puedo prevenir los cálculos renales?
No existe una fórmula única para evitar la aparición de cálculos en los riñones, ya que cada persona forma cálculos con distintas composiciones, sin embargo, el Dr. Riera recomienda:

  • Preferir una dieta equilibrada y baja en sodio: evitar alimentos como el maní, comida procesada, soya.
  • Aumentar la ingesta de líquido: es recomendable beber entre 2 a 3 litros de agua al día.
  • Reducir la cantidad de proteína animal: especialmente de carnes rojas y embutidos.
  • Evitar el consumo de suplementos alimenticios: sobre todo aquellos concentrados de proteína utilizados para ganar masa muscular.

Relación entre la obesidad y los cálculos renales

El Dr. Pablo Riera Arévalo afirma que hay estudios que demuestran que los pacientes con sobrepeso u obesidad presentan un riesgo más elevado de litiasis renal. Esto está asociado con la resistencia a la insulina y con trastornos metabólicos que pueden conducir a la formación de cálculos renales que contienen calcio.

Fuente: Muy Saludable

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Realizar un diagnóstico preciso y oportuno de la demencia es solo el primer paso en un largo camino que durará años y que requerirá apoyo para la persona que vive con demencia, su familia y amigos.

En la práctica, una vez que se identifica y diagnostica la demencia generalmente se necesitan visitas de seguimiento para monitorear cómo evolucionan los síntomas en el tiempo y modificar el diagnóstico. A veces es necesario hacer una derivación a un especialista en demencia para clarificar el diagnóstico, participar de un estudio o tratar síntomas específicos. Dependiendo del tipo de demencia y de la severidad de los síntomas, puede ser necesario modificar regularmente la medicación, especialmente cuando puedan presentarse conductas agresivas, ansiedad, depresión o delirio.

Comprender y cuidar de una persona con demencia es un camino largo, estresante e intensamente emocional. Es importante que el profesional de la salud sepa, a medida que progresa la enfermedad, quién es el compañero de cuidados de la persona que vive con demencia. Al hacer esta pregunta, el médico puede ayudar a que la persona recientemente diagnosticada y su compañero de cuidados reconozcan que su relación probablemente se vaya modificando con el progreso de la enfermedad. Esto es especialmente importante debido a que muchos compañeros de cuidados informales no se reconocen como tales, lo que también puede contribuir a generar stress. Un compañero de cuidado puede ser el cónyuge, un amigo, un hijo o hija adultos u otro miembro de la familia, y puede no darse cuenta de que su papel en la vida de su ser querido tarde o temprano cambiará. El compañero de cuidado también puede tener temas de salud propios que pueden impactar el nivel de atención que esté en condiciones de proporcionar.

El médico que realiza el diagnóstico debe tener en cuenta que la persona que acompaña al paciente está recibiendo noticias devastadoras sobre su ser querido. Es imperioso proveerle con la mayor cantidad posible de información en esa primera visita para asegurar que tenga las herramientas necesarias para permitir un cuidado de máxima calidad y la seguridad de la persona, además de cuidar su propia salud física, mental y financiera.

Los médicos tienen un papel para asistir a las personas con demencia y a sus compañeros de cuidados a navegar por el viaje de la demencia. Desde el momento en que una persona es diagnosticada, su camino de cuidados requerirá de la asistencia de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud y legales. La “receta de cuidados” es educación y apoyo. Todos los médicos que están en una posición de dar un diagnóstico deberían tener a mano material sobre la enfermedad y recursos para ayudar a sus pacientes y a sus compañeros de cuidado a entender a qué se enfrentan.

Fuente: Gente Saludable

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