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En muchos centros médicos de todo el mundo se están realizando investigaciones sobre las causas, la prevención, la detección, las pruebas y el tratamiento del cáncer de próstata.

Genética

Las nuevas investigaciones sobre cambios genéticos relacionados con el cáncer de próstata ayudan a los científicos a entender mejor cómo se origina el cáncer de próstata. Esto podría permitir la creación de medicamentos para atacar estos cambios.

Las pruebas para detectar los genes anormales del cáncer de próstata también podrían ayudar a identificar a los hombres con alto riesgo que podrían beneficiarse de pruebas de detección o de estudios clínicos de quimioprevención, los cuales  usan medicamentos para tratar de evitar que padezcan cáncer.

En los hombres ya diagnosticados con cáncer de próstata, las pruebas para detectar ciertos cambios genéticos pueden ayudar a los pacientes y a sus médicos a estimar la probabilidad de que el cáncer crezca y se propague. Esto  podría influir en la determinación de las opciones de tratamiento (ver información más adelante).

Prevención

Los investigadores continúan buscando los alimentos (o las sustancias en ellos) que pueden ayudar a disminuir el riesgo de cáncer de próstata. Los científicos han encontrado algunas sustancias (licopenos) en los tomates y en los frijoles de soya (isoflavonas) que podrían prevenir algunos cánceres de próstata. Actualmente se llevan a cabo estudios para examinar más de cerca los posibles efectos de estos componentes.

Además, los científicos están tratando de formar compuestos relacionados que sean aún más potentes y que se puedan usar como suplemento alimenticio. Sin embargo, hasta ahora la mayoría de las investigaciones sugieren que una alimentación balanceada que incluya estos alimentos, así como otras frutas y vegetales, es probablemente más beneficiosa que consumir sustancias específicas en suplementos alimenticios.

Una vitamina que podría ser importante en la prevención es la vitamina D. Algunos estudios han encontrado que los hombres con altos niveles de esta vitamina parecen tener un menor riesgo de padecer las formas más letales de cáncer de próstata. En general, sin embargo, los estudios no han encontrado que la vitamina D proteja contra el cáncer de próstata.

Algunas investigaciones han sugerido que los hombres que toman de forma habitual ciertas medicinas (como una aspirina o estatinas para reducir los niveles de colesterol) por mucho tiempo podrían presentar un menor riesgo de padecer o morir a causa de cáncer de próstata. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar esto y para confirmar que cualquier beneficio supera los riesgos potenciales.

Los científicos también han evaluado si ciertas medicinas hormonales conocidas como inhibidores de 5-alfa reductasa reducen el riesgo de cáncer de próstata. Este tema se discute en ¿Se puede prevenir el cáncer de próstata?

Detección temprana

Los médicos concuerdan que la prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico no es infalible para encontrar el cáncer de próstata en sus comienzos. Esta prueba puede pasar por alto algunos cánceres, y a veces encuentra cánceres que probablemente nunca necesiten tratamiento. Los investigadores están esforzándose para establecer estrategias que atiendan este problema.

Un método consiste en tratar de mejorar la prueba que mide el nivel total de PSA, como se describió en la sección Pruebas de detección para el cáncer de próstata.

Otro método consiste en desarrollar nuevas pruebas basadas en otras formas de PSA, u otros marcadores tumorales. Varias pruebas más nuevas parecen ser más precisas que la prueba PSA, incluyendo:

  • La prueba Índice de Salud Prostática (PHI), que combina los resultados del PSA total, PSA libre y proPSA para ayudar a determinar la probabilidad de que un hombre tenga cáncer de próstata que podría requerir tratamiento
  • La prueba 4Kscore, que combina los resultados de PSA total, PSA libre, PSA intacto y calicreína humana 2 (hK2), junto con otros factores, para ayudar a determinar la probabilidad de que un hombre tenga cáncer de próstata que podría necesitar tratamiento
  • Pruebas, como Progensa, que analiza el nivel de antígeno 3 del cáncer de próstata (PCA3) en la orina después de un examen digital del recto (DRE). Al realizar el DRE, algunas células de la próstata pasan a la orina. Mientras más alto sea el nivel, mayor probabilidad existe de que haya cáncer de próstata.
  • Pruebas que buscan un cambio genético anormal llamado TMPRSS2: ERG en las células de la próstata de la orina que se obtiene después del DRE. Este cambio genético se encuentra en algunos cánceres de próstata, pero es infrecuente en las células de los hombres sin cáncer de próstata.
  • ExoDx Prostate (IntelliScore), o EPI, una prueba que examina los niveles de 3 biomarcadores en una muestra de orina para ayudar a determinar el riesgo de un hombre de tener cáncer de próstata agresivo (de alto grado)
  • ConfirmMDx es una prueba que identifica a ciertos genes en las células de una muestra de la próstata obtenida mediante biopsia

Probablemente estas pruebas no remplacen la prueba PSA en un futuro cercano, pero podrían ser útiles en ciertas situaciones. Por ejemplo, algunas de estas pruebas pueden ser útiles en hombres con un PSA ligeramente elevado, para ayudar a determinar si deben someterse a una biopsia de la próstata. Algunas de estas pruebas pueden ser más útiles en la determinación de si los hombres que ya han tenido una biopsia de la próstata que no encontró cáncer deben someterse a otra biopsia. Los médicos y los investigadores están intentando determinar la mejor manera de utilizar cada una de estas pruebas.

El diagnóstico

Los médicos que realizan biopsias de la próstata a menudo usan la ecografía transrectal (TRUS), que crea imágenes blancas y negras de la próstata usando ondas de sonido, para saber de dónde tomar las muestras. Sin embargo, la ecografía convencional puede pasar por alto algunas áreas que contienen cáncer. Existen varios enfoques más recientes para diagnosticar el cáncer de próstata.

  • Un enfoque mide el flujo sanguíneo dentro de la glándula usando una técnica llamada ecografía Doppler a color. (A menudo los tumores tienen más vasos sanguíneos a su alrededor que el tejido normal). Esta técnica podría tomar biopsias más precisas de la próstata ya que ayuda a asegurar que se obtengan muestras de la parte correcta de la glándula.
  • Una técnica más reciente puede mejorar aún más la ecografía Doppler a color. Al paciente se le inyecta primero con una sustancia de contraste que contiene microburbujas, lo que ayuda a mejorar las imágenes de ecografía. Se han reportado resultados preliminares que son prometedores, y se están realizando más investigaciones sobre esta técnica.
  • Otro enfoque combina las imágenes de MRI y TRUS  para ayudar a guiar las biopsias de la próstata, especialmente en los hombres que presentaron resultados negativos en biopsias guiadas con TRUS realizadas anteriormente, pero en quienes aún el médico sospeche que hay cáncer. Esta prueba, conocida como biopsia guiada por fusión de imágenes (MRI/TRUS), se discute en Pruebas para diagnosticar y determinar la etapa del cáncer de próstata.

Clasificación por etapas (estadificación)

Determinar la etapa (extensión) del cáncer de próstata desempeña un papel clave en conocer las opciones de tratamiento de un hombre. No obstante, los estudios por imágenes para el cáncer de próstata, tales como la CT y la MRI, no pueden detectar todas las áreas de cáncer, especialmente áreas pequeñas de cáncer en los ganglios linfáticos. Por lo tanto, los médicos están evaluando nuevos tipos de estudios por imágenes.

La MRI multiparamétrica puede utilizarse para ayudar a determinar cuánto se ha extendido el cáncer y cuán agresivo podría ser, lo que podría afectar las opciones de tratamiento del paciente. Para esta prueba, se hace una MRI para observar la anatomía de la próstata, y luego al menos otro tipo de MRI (como difusión por resonancia magnética [DWI], resonancia magnética dinámica con contraste [DCE] o espectroscopia por MR) para ver otros parámetros del tejido de la próstata. Los resultados de los diferentes estudios se comparan para ayudar a encontrar las áreas anormales.

Otro método, llamado MRI con contraste, puede ayudar a encontrar los ganglios linfáticos que contienen células cancerosas. Primero, a los pacientes se les hace una MRI convencional y luego se les inyecta partículas magnéticas diminutas, y se les hace otra MRI el próximo día. Las diferencias entre los dos MRI identifican las posibles células cancerosas en los ganglios linfáticos. Los resultados preliminares de esta técnica son prometedores, aunque se necesita más investigación antes de que se pueda usar ampliamente.

Las tomografías por emisión de positrones convencionales (PET) que utilizan un tipo de azúcar radiactivo (FDG) que se inyecta en el cuerpo, no son muy útiles para determinar la etapa del cáncer de próstata. Sin embargo, los nuevos tipos de PET  que utilizan sustancias distintas al FDG, como el fluoruro de sodio radiactivo, la fluciclovina, la colina o el acetato de carbono, pueden ser más útiles para detectar el cáncer de próstata en diferentes partes del cuerpo, y son  estudiadas actualmente.​ 

Tratamiento

Se están desarrollando tratamientos más nuevos, y se están logrando mejoras en muchos de los métodos convencionales para el tratamiento del cáncer de próstata.

Cirugía

Los médicos están mejorando constantemente las técnicas quirúrgicas utilizadas para tratar el cáncer de próstata. El objetivo es eliminar todo el cáncer al mismo tiempo que se reduce el riesgo de complicaciones y efectos secundarios de la cirugía.

Radioterapia

Como se describió en Radioterapia para el cáncer de próstata, los avances tecnológicos están haciendo posible que la radiación se dirija con más precisión que en el pasado. Los métodos actuales, como la radioterapia conformada (CRT), la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radiación con rayos de protones ayuda a los médicos a evitar irradiar los tejidos normales tanto como sea posible. Se espera que estos métodos aumenten la eficacia de la radioterapia a la vez que reduzcan los efectos secundarios.

La tecnología está logrando que otras formas de radioterapia también sean más eficaces. Los programas nuevos de computadora permiten a los médicos planear mejor las dosis de radiación y los métodos tanto de la radiación externa como de la braquiterapia. La planificación de la braquiterapia hoy día se puede hacer incluso durante el procedimiento (intraoperatoriamente).

Tratamientos recientes para cánceres en etapas iniciales

Los investigadores actualmente están buscando formas nuevas de tratamiento para el cáncer de próstata en etapa temprana. Estos tratamientos nuevos podrían ser usados como tratamiento de primera línea o después de administrar radioterapia que no haya dado buenos resultados.

Un tratamiento conocido como ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU) destruye las células cancerosas al realizar un calentamiento intenso con rayos ultrasónicos. Este tratamiento se ha utilizado en algunos países por un tiempo, y está disponible actualmente en los Estados Unidos. Actualmente se está evaluando su seguridad y eficacia, aunque la mayoría de los médicos de los Estados Unidos considera que no ha probado ser  un tratamiento de primera línea para el cáncer de próstata.

Nutrición y cambios en el estilo de vida

Muchos estudios han analizado los posibles beneficios de nutrientes específicos (a menudo como suplementos) para ayudar a tratar el cáncer de próstata, aunque todavía ninguno ha probado claramente que sea beneficioso. Algunos compuestos en estudio incluyen extractos de granada, té verde, brócoli, cúrcuma, linaza y soya.

Un estudio encontró que los hombres que optan por no recibir tratamiento para el cáncer de próstata localizado pueden reducir el crecimiento de la enfermedad mediante cambios drásticos en el estilo de vida. En el estudio, los hombres llevaron una dieta vegetariana (sin comer carne, pescado, huevos, o productos lácteos) e hicieron ejercicios frecuentemente. Además, estos hombres participaron en grupos de apoyo y yoga. Después de un año, los hombres tuvieron en promedio una disminución ligera de sus niveles de PSA. Se desconoce si este efecto durará, ya que el informe sólo dio seguimiento a los hombres por un año. Además, es posible que el régimen sea difícil de seguir para algunos hombres.

Es importante que los hombres que estén considerando tomar cualquier tipo de suplemento nutricional, consulten primero con los miembros de su equipo de atención médica. Ellos pueden ayudarle a decidir cuáles puede utilizar con seguridad y evitar aquellos que puedan ser perjudiciales.

Terapia hormonal

En los últimos años se han desarrollado varias formas más nuevas de terapia hormonal. Algunas de estas pueden ser útiles cuando las formas convencionales de terapia hormonal ya no surten efecto.

Algunos ejemplos incluyen abiraterona (Zytiga), enzalutamida (Xtandi), y apalutamide (Erleada) que se describen en Terapia hormonal para el cáncer de próstata. En la actualidad, también se están estudiando otros medicamentos.

Los inhibidores de la 5-alfa reductasa, como la finasterida (Proscar) y dutasterida (Avodart), son medicamentos que bloquean la conversión de testosterona a la dihidrotestosterona más activa. Estos medicamentos se están estudiando para tratar el cáncer de próstata, ya sea como ayuda en la vigilancia activa, o si aumenta el nivel de PSA después de la prostatectomía.

Quimioterapia

Los estudios realizados recientemente indican que muchos medicamentos de quimioterapia pueden afectar al cáncer de próstata. Algunos de ellos, como docetaxel (Taxotere) y cabazitaxel (Jevtana), han demostrado ayudar a los hombres a vivir por más tiempo.

Los resultados de estudios extensos han mostrado que en los hombres con cáncer de próstata metastásico, administrar quimioterapia (docetaxel) más temprano en el curso de la enfermedad podría ayudarles a vivir por más tiempo.

Se están estudiando también otros medicamentos de quimioterapia nuevos y combinaciones de medicamentos.

Inmunoterapia

El objetivo de la inmunoterapia es estimular el sistema inmunitario del cuerpo para ayudar a combatir o destruir las células cancerosas.

Vacunas

Contrario a las vacunas contra las infecciones, como el sarampión y las paperas, las vacunas contra el cáncer de próstata están diseñadas para ayudar a tratar, no prevenir, el cáncer de próstata. Una de las posibles ventajas de estos tipos de tratamientos consiste en que parecen tener efectos secundarios muy limitados. Un ejemplo de este tipo de vacuna es sipuleucel-T (Provenge) que fue aprobada por la FDA (descrita en Inmunoterapia para el cáncer de próstata).

En estudios clínicos, se están probando otros tipos de vacunas para tratar el cáncer de próstata.

Inhibidores de puestos de control inmunitarios

Una característica importante del sistema inmunitario es su capacidad de evitar que él mismo ataque a otras células normales en el cuerpo. Para hacer esto, el sistema inmunitario utiliza “puestos de control” que son proteínas en las células inmunitarias que necesitan ser activadas (o desactivadas) para iniciar una respuesta inmunitaria. En ocasiones, las células cancerosas usan estos puestos de control para evitar ser atacadas por el sistema inmunitario. No obstante, los nuevos medicamentos que se dirigen a estos puestos de control tienen un futuro prometedor como tratamientos contra el cáncer.

Por ejemplo, nuevos medicamentos, como pembrolizumab (Keytruda) y nivolumab (Opdivo), ejercen su acción en la proteína PD-1 de los puestos de control inmunitarios, mientras que el medicamento atezolizumab (Tecentriq) tiene como blanco a otra proteína relacionada a PD-1:  PD-L1. Estos tipos de medicamentos han demostrado ser útiles en el tratamiento de muchos tipos de cáncer, incluyendo algunos cánceres de próstata con cambios genéticos de reparación de discordancias en el ADN (MMR) (aunque estos son infrecuentes en el cáncer de próstata). Se están realizando estudios para determinar la eficacia de estos medicamentos contra otros tipos de cáncer de próstata.

Un abordaje prometedor para el futuro podría ser combinar un inhibidor de puestos de control con otro medicamento. Por ejemplo, combinarlo con una vacuna contra el cáncer de próstata podría fortalecer la respuesta inmunitaria y ayudar a que la vacuna sea más eficaz. Otros tipos de medicamentos pueden ayudar al sistema inmunitario a reconocer mejor las células cancerosas, lo que podría ayudar a que el inhibidor del puesto de control funcione mejor.

Terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR)

En este tratamiento, las células inmunitarias llamadas células T se extraen de la sangre del paciente y se alteran en el laboratorio para que tengan receptores llamados receptores quiméricos de antígenos (CAR) en sus superficies. Estos receptores se pueden producir para que se adhieran a las proteínas de la superficie de las células de la próstata. Las células T alteradas son luego multiplicadas en el laboratorio y se regresan a la sangre del paciente Se espera que estas células puedan encontrar las células del cáncer de próstata en el cuerpo y lancen un ataque inmunitario preciso contra ellas.

Esta técnica ha mostrado algunos resultados alentadores contra el cáncer de próstata en los primeros estudios clínicos, pero se necesita más investigación para saber cuán útil puede ser. La terapia de células T con CAR para el cáncer de próstata es un tratamiento complejo con efectos secundarios potencialmente graves, y en la actualidad, solo está disponible en estudios clínicos.

Medicamentos de terapia dirigida

Se han estado desarrollando medicamentos más nuevos que atacan partes específicas de las células cancerosas o sus ambientes circundantes. Cada tipo de terapia dirigida actúa de forma diferente, aunque todas alteran la manera en que una célula cancerosa crece, se divide, se repara por sí misma, o interactúa con otras células.

Inhibidores de PARP

Algunos hombres con cáncer de próstata tienen mutaciones en los genes de la reparación del ADN (como BRCA2) que hacen que sea difícil para las células cancerosas reparar el ADN dañado. Los medicamentos llamados inhibidores de la poli-adenosina difosfato ribosa polimerasa (PARP)actúan al bloquear  una vía de reparación del ADN diferente. Las células cancerosas son más propensas a ser afectadas por estos medicamentos que las células normales.

Los inhibidores de la PARP, como olaparib, rucaparib y niraparib, han mostrado resultados alentadores en los primeros estudios de hombres con una de estas mutaciones genéticas, y estos medicamentos se están investigando en estudios clínicos más extensos.

Anticuerpos monoclonales

Estas son versiones artificiales de proteínas inmunes que pueden ser diseñadas para adherirse a objetivos muy específicos en las células cancerosas (como la proteína PSMA en las células del cáncer de próstata). En el cáncer de próstata, la mayoría de los anticuerpos monoclonales que se estudian están ligados a la quimioterapia o a pequeñas moléculas radioactivas. Se espera que una vez inyectado en el cuerpo, el anticuerpo actuará como un dispositivo de búsqueda, llevando el medicamento o  la molécula radioactiva directamente a las células cancerosas, lo que podría ayudarles a ser más eficaces. Actualmente, se están evaluando varios anticuerpos monoclonales en estudios clínicos.

Tratamiento del cáncer de próstata que se ha propagado a los huesos

Los médicos están estudiando el uso de ablación por radiofrecuencia (RFA) para ayudar a controlar el dolor en los hombres cuyo cáncer de próstata se propagó a una o más áreas en los huesos. Durante la RFA, el médico usa la tomografía computarizada (CT) o la ecografía para guiar una pequeña sonda de metal dentro del área del tumor. Una corriente de alta frecuencia pasa a través de la sonda para calentar y destruir el tumor. La RFA se ha estado usando por muchos años para tratar los tumores en otros órganos como el hígado, pero su uso para tratar el dolor en los huesos sigue siendo relativamente nuevo. Aun así, los resultados preliminares son prometedores.

Fuente: American Cancer Society

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Por todo el mundo, la dermatitis atópica afecta a hombres y mujeres por igual. Se estima que entre un dos y un cinco por ciento de la población sufren de esta molestia que, aunque no resulta grave, puede ser un auténtico incordio.

Sus causas son muchas y diversas. Y, aunque tratarla no es fácil, podemos intentar mitigar algunos de sus efectos gracias a la prevención. Hoy hablamos de este problema, de sus síntomas y de mucho más.

¿Qué es la dermatitis atópica y qué síntomas la acompañan?

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica. Esto quiere decir que vuelve cada cierto tiempo provocando una irritación e inflamación y un prurito: picor intenso. Suele darse en las superficies flexoras de codos y rodillas, en el cuero cabelludo, en la cara y en el torso.

Además de la propia dermatitis, también pueden ocurrir otros problemas relacionados directa o indirectamente. La dermatitis atópica aparece con un ligero picor e irritación que aumentan de intensidad en poco tiempo. Pueden aparecer ampollas y costras que llegan a supurar.

En algunos casos más violentos aparecen erupciones cutáneas más extendidas. Con el tiempo aparecen áreas de piel más curtidas debido a los problemas de irritación. También es común la excoriación, o dejar la piel en carne viva, como resultado de la irritación.

Si la dermatitis atópica se padece mucho tiempo, podrían aparecer zonas gruesas o coríaceas debido al intenso rascado e irritación, y como parte de una respuesta excesiva de la piel. No se conocen casos mucho más graves, aunque la intensidad de la dermatitis es muy variable y puede ser bastante molesta.

¿Por qué aparece la dermatitis atópica?

En realidad, los factores que dan origen a esta enfermedad no quedan del todo claros. No hay una causa exacta y existen varias hipótesis sobre su aparición. Entre ellas se consideran tres factores importantes: el genético, el inmunitario y el ambiental.

En una gran mayoría de pacientes existen antecedentes familiares de dermatitis y otras manifestaciones de atopía (alergias y patologías asociadas a la dermatitis). Esto hace pensar que existe un componente genético transmitido. Aunque se han observado varias moléculas relacionadas, no se ha aislado un gen concreto o un mecanismo molecular que lo explique con exactitud.

Por otro lado, el sistema inmunitario es el encargado de producir los efectos que se observan en la dermatitis atópica. También se ha observado la colonización de bacterias como Streptococcus aureus en los casos de dermatitis atópica, entre otros microorganismos. Las pruebas moleculares hacen suponer que el sistema inmunitario es un gran actor dentro de la dermatitis.

También se puede asociar a una manifestación alérgica, lo que explica muchos de los síntomas y su etiología. Esto también puede vincularse a los trastornos relacionados con el gluten. En definitiva, no tenemos una causa clara o concisa de la manifestación de la enfermedad. Lo que sí que sabemos con total seguridad es que existe un mito muy extendido: que la dermatitis aparece con los nervios y el estrés. Si bien puede que el estrés ayude a desencadenar una reacción más intensa, no existen evidencias de esta afirmación.

¿Cómo debes cuidarte?

Existen dos formas de encarar el problema. En primer lugar, el tratamiento busca reducir los síntomas inmediatos: el picor, la hinchazón, las heridas… Para ello podemos emplear cuidados cosméticos convencionales. Estos consisten en aplicar cremas y lociones hidratantes que ayuden al cuidado de la piel.

En el caso de una gran intensidad, el especialista podría recomendar cremas con corticoesteróides cuya finalidad es reducir la inflamación y la hinchazón. Estas cremas, y otras analgésicas, solo deben utilizarse bajo supervisión médica. En otros casos, los fármacos inmunosupresores, como el tacrolimus y el pimecrolimus han demostrado ser eficientes para reducir los síntomas. Huelga decir que estas sustancias también se usan solo bajo supervisión médica.

Para prevenir, y reducir los episodios y su intensidad, es bueno adoptar varias estrategias. Por ejemplo, la dieta puede ser una gran aliada contra este problema: según el caso, podría verse un beneficio al reducir el gluten u otras sustancias que despiertan una reacción inmunitaria. Se han descrito numerosos casos de dermatitis atópica disparada por la hipersensibilidad alimentaria, aunque cada caso es completamente distinto y no existen patrones concretos.

Para poder determinar estos cuadros es imprescindible acudir a un especialista. Evitar sustancias abrasivas, rasguños, una exposición intensa al sol, mantener la piel en situación de humedad y otros aspectos que podrían dañar la piel y permitir la invasión de agentes externos es muy importante, también.

Además, existen algunos estudios que han comprobado la eficacia de una dieta rica en ácido eicosapentanoico, un ácido graso que se encuentra principalmente en los aceites de pescado, en las sardinas, el salmón, la spirulina y otros alimentos. Por lo demás, solo el cuidado inmediato, una buena higiene, pero sin ser excesiva, y el uso de cremas hidratantes nos ayudarán a prevenir los episodios más intensos.

Fuente: Salud Ahora

Lumbalgia, sus causas, síntomas y tratamiento

La Sociedad Española de Reumatología estima que el 80% de la población sufre o sufrirá lumbalgia. Esta situación lumbar puede variar de leve a muy grave, aunque a menudo puede ser sólo una molestia insignificante.

Cuales son sus razones? ¿Y sus efectos? ¿Se puede prevenir o no? Hoy examinamos este dolor estresante que afecta nuestra espalda baja; y de la que ahora ni siquiera los seres humanos activos y apenas sedentarios están libres.

¿Qué es el dolor lumbar y cuáles son sus signos?

Se conoce como lumbalgia o lumbago al dolor posicionado dentro de la zona lumbar baja, entre la cintura y los glúteos. El dolor de espalda baja afecta a todos los seres humanos viejos y jóvenes. Se predice que como mínimo el 70% de la población ha sufrido este problema antes de cumplir los 16 años.

El dolor puede estar deslocalizado y generalizado, irradiando de vez en cuando, estresante por leve que sea, en algunos casos. En otros, puede presentarse como un dolor muy severo, de vez en cuando incapacitante. La lumbalgia se evalúa como aguda, subaguda y persistente de acuerdo con su duración (mucho menos de seis semanas, de unas 6 semanas o mayor a 3 meses).

En realidad, el dolor lumbar en sí no constituye una enfermedad, sin embargo, es una forma común de llamar a este dolor en la zona lumbar. El lumbago puede surgir como un dolor agudo permanente o presentarse al hacer un esfuerzo, manifestándose de una manera punzante y realmente dolorosa.

A veces, la lumbalgia puede aparecer con diferentes signos que consisten en hormigueo y anestesia o disminución de la sensibilidad en las extremidades inferiores, o también en las superiores. Esto está asociado con su punto de partida neurológico, aunque eso no facilita descubrir sus principales razones. De ahí surge la siguiente pregunta.

¿Qué causa la lumbalgia?

Este padecimiento tradicionalmente, debido a la deslocalización de esta situación, se consideraba que tenía un lugar de inicio desconocido (ignorando el dolor lumbar de inicio patológico asociado con problemas vertebrales, por ejemplo). Actualmente, nos damos cuenta de que está realmente asociado con algunos procesos que pueden estar relacionados con raíces nerviosas, grupos de músculos, ligamentos, estructuras fasciales, vértebras y discos intervertebrales, además de órganos abdominales.

Aunque el mecanismo preciso no está completamente establecido, nos damos cuenta de que existen algunas ya conocidas razones mecánicas capaces de generar dolor lumbar, como son: distenciones, esguinces, sobreesfuerzos y contracturas, entre otras. En algunos casos de mayor gravedad, el dolor lumbar puede provenir de una hernia o rotura de discos vertebrales, espondilolistesis, lesiones traumatices o diferentes problemas, además de una infección o una neoplasia.

Para complicarlo aún más, algunas afecciones viscerales (enfermedades gastrointestinales, renales o vasculares) pueden irradiarse dentro de la zona lumbar, haciendo aún más complicado darse cuenta de su lugar de origen. En general, esta zona puede ser dolorosa por numerosas razones. Encontrar la causa correcta es esencial para evitar que aparezca el lumbago.

¿Se puede tratar el dolor lumbar?

En términos generales, no es viable hablar de un remedio para el dolor lumbar, porque no es una enfermedad en sí misma. Dependiendo del lugar de inicio del dolor, si se encuentra, se puede buscar un remedio particular. Pero la lumbalgia es una situación multifactorial y es bastante complicado remediarla sin tener un diagnóstico claro.

A veces, los analgésicos ni siquiera pueden aliviar el dolor de manera segura, por esta misma razón. Sin embargo, para el conocido como dolor lumbar inespecífico es muy útil mantenerse alejado de un estilo de vida sedentario, prescribiendo un relajante muscular o medicamentos antiinflamatorios. También es aconsejable un buen entrenamiento postural. Esto no es capaz de evitar la lumbalgia, sin embargo, se ha demostrado que es muy útil para mitigar sus síntomas.

¿Qué recomiendan los especialistas para el lumbago?

Los expertos en salud advierten que, aunque el ejercicio puede provocar dolor lumbar, el estilo de vida sedentario también puede hacerlo. Un ejercicio mal hecho o un esfuerzo excesivo pueden provocar dolor lumbar. Una forma de vida sedentaria y las malas posturas, también lo provocan. Por este motivo, se suele recomendar una actividad física diaria regular, leve o intensa, pero con supervisión o formación.

Otras investigaciones han demostrado que la ejecución de ejercicios corporales, que amplían los grupos musculares de forma compensada, pueden servir para aliviar los efectos del lumbago. Además, y como medida complementaria, suele recomendarse un tratamiento con la aplicación de frío y / o calor para aliviar el dolor.

En cualquier caso, y debido a que su lugar de inicio puede ser muy incierto, en el caso de que el dolor persista, es recomendable acudir a un especialista en esa dolencia para intentar descubrir el motivo. Además, en cuanto a la alimentación, es recomendable ingerir alimentos que ayudan a controlar la inflamación y los dolores causados por enfermedades reumáticas, como la artritis.

Fuente: Salud Ahora

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